Hoy día consideramos el gazpacho como una sopa fría de tomate que hacemos en un pispás en la batidora, pero no siempre fue así.
¿Cuál es el origen del gazpacho?
Como tantas recetas típicas, el gazpacho tiene un origen humilde que se pierde con los siglos. Ya en Grecia y Roma se preparaban fórmulas predecesoras que machacaban lo que se tuviera a mano con pan y aceite.
Los gazpachos alimentaron y fortalecieron al pueblo durante siglos y su receta se transmitió de boca en boca durante generaciones en las cocinas andaluzas, sobre todo a pie de campo, como sustento yalimento de jornaleros. Tanto es así que un diccionario del siglo XVII se definió como «comida de segadores, y de gente grosera».
Un siglo más tarde la RAE recogía el bonito oficio del gazpachero: «el que lleva el gazpacho a los que están trabajando en el campo». Seguro que le recibían con aplausos.
¿Y entonces, qué llevaban los primeros gazpachos?
Aquel mismo diccionario que calificaba de «groseros» a los que se alimentaba de gazpacho atestiguó que los ingredientes básicos eran «pan tostado y azeyte, y vinagre, y algunas otras cosas que les mezclan». Ni rastro de tomate, por lo que la verdadera y auténtica esencia del gazpacho, amigos y amigas, ¡recae en el pan aliñado y machacado!
¿Y cuándo se agregó el tomate a la receta del gazpacho?
El gazpacho existe mucho antes de que las naves de Colón volvieran de América con los tomates y los pimientos que hoy día rebosan en nuestra batidora y despensa. Y quien dice tomates y pimientos dice patatas, aguacates, maíz...¡ay, qué sería de nuestros gazpachos, sofritos y tortillas sin América!
Sin embargo, la incorporación del tomate en los gazpachos no se dio hasta más de doscientos años después. Digamos que al tomate le costó un poquito ser aceptado como la joya culinaria que es en la actualidad. Primero fue considerado como mero ornamento en los jardines para convertirse después en un alimento afrodisíaco prohibido. Eso sí, una vez se añadió a las ensaladas y a las cazuelas ya no hubo marcha atrás.
¿Y cómo se hacía el gazpacho cuando no existía la batidora?
Antes de la túrmix y del robot de cocina, existía el dornillo, un mortero de madera muy grande, presente aún en muchas cocinas tradicionales y talleres artesanos. En ese dornillo se iban agregando las hortalizas, el agua y el aliño, siempre con un movimiento de fuera hacia dentro, hasta conseguir el “majao” del gazpacho. Esta trituración manual comportaba que su textura y color fueran muy diferentes al fino, colorido y vibrante resultado del que hoy día presumimos. Entre nosotros: era mucho más marroncete y repleto de tropezones, pero era igual de rico, sano y refrescante, todo sea dicho.
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