El calabacín sirve para un roto y un descosido. Siempre es bueno tener en casa porque sus diferentes cocinados te ayudarán a improvisar comidas en muy poco tiempo. Al horno y gratinados, en pisto, en tortilla… Te aseguran un plato con verduras rico y que habitualmente gusta a mayores y pequeños . El rebozado es el que habitualmente se emplea para elaborar una de las tapas más conocidas y suculentas de la gastronomía española: las gambas a la gabardina . Esponjoso, delicado y con un punto crujiente que hará de tu calabacín a la gabardina un plato muy apetitoso. Puedes servirlo con mayonesa, una salsa de limón o tomate frito. Calabacín a la gabardina Para 4 personas Ingredientes 1 calabacín 3 huevos Harina 1 cucharadita de levadura química Sal al gusto Pimienta al gusto ½ cucharadita de ajo en polvo Paso a paso Prepara el rebozado Bate muy bien los 3 huevos, añade sal al gusto y echa una cucharada de ajo en polvo. Remueve bien. Agrega la harina La cantidad de harina depende del tamaño de los huevos. Échala junto con una cucharadita de levadura química tamizándolas. Bate hasta que se integren. Si ves que falta harina pon otras 3 cucharadas. Vierte agua Una vez que la masa esté en su punto, es decir, que no se despegue de las barillas del batidor, vierte cucharadas de agua poco a poco hasta que la masa caiga continuadamente. Prepara el calabacín Pélalo y córtalo en rodajas. Echa sal y pimienta al gusto y calienta AOVE en una sartén. Fríe el calabacín a la gabardina Baña las rodajas en la pasta del rebozado y escurriéndolas ponlas a freír hasta que estén doradas por los 2 lados. Quítales el aceite sobrante Una vez fritas las rodajas de calabacín, quítales el exceso de aceite dejándolas en una fuente con papel de cocina para absorverlo.