Cagajones, dulce tradicional de las monjas jerónimas fácil y delicioso

Anímate a preparar los cagajones extremeños. Aunque no tienen un nombre muy bonito, son una verdadera delicia para el paladar

Rosa Mestres
Rosa Mestres

Periodista especializada en gastronomía

Cagajones
Cookiness

Si te gustan los dulces con sabor a tradición, no puedes perderte los exquisitos cagajones, una receta extremeña que María del Carmen Molano Barroso ha enviado al blog Cookiness.

Elaborados por las monjas jerónimas del Monasterio de Nuestra Señora de la Salud, en la población cacereña de Garrovillas de Alconétar, y por las familias del lugar, que han ido conservando la receta de generación en generación, son de esos dulces de toda la vida, llenos de magia, que conquistan a todo el mundo.

Para realizarlos solo necesitarás manteca de cerdo ibérico, azúcar, anís en grano, licor de anís, harina y aceite. ¿Manos a la obra?

Cagajones extremeños
Para 4 personas
Ingredientes
  • 200 gramos de manteca de cerdo ibérico
  • 150 gramos de azúcar
  • 25 mililitros de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cucharadita de anís en grano
  • 1 cucharada de anís
  • 300 gramos de harina
  • Azúcar para rebozar
Paso a paso
  1. Prepara la masa

    Coloca la manteca en un cuenco amplio y pártela con los dedos. Agrega el aceite, el anís en grano, el licor de anís y el azúcar y remueve suavemente.

  2. Agrega la harina

    Incorpora la harina y sigue mezclando hasta que la masa no se pegue a las manos.

  3. Forma cuadraditos

    Precalienta el horno a 180 °C. Toma porciones de la masa, forma unas bolitas y, luego, unos cuadraditos.

  4. Cuécelos en el horno

    Coloca los cuadraditos de masa en una fuente de horno y cuécelos entre 15-20 minutos.

  5. Rebózalos con azúcar

    Transcurrido el tiempo, retíralos del horno y rebózalos con el azúcar. Déjalos enfriar y sírvelos.

Para cualquier situación

Con un delicioso toque de anís y una textura que se deshace en la boca, que recuerda a las perrunillas, los cagajones son ideales para tomar a la hora del desayuno, de la merienda o, incluso, como postre. Acompáñalos con un café con leche, una infusión o un buen chocolate a la taza y… prepárate a disfrutar. Estamos seguros que no podrás comer solo uno.