Los 10 errores que no debes cometer al preparar un brownie

El día 11 de noviembre se celebra el Día Internacional del brownie y si tú también quieres conmemorarlo preparando uno, hazlo sin caer en estos errores de principiante. Te quedará mejor que nunca.

Sonia Murillo
Sonia Murillo

Periodista especializada en gastronomía

brownie de chocolate
Cortesía de Levaduramadre Natural Bakery

El brownie es un postre típico de Estados Unidos cuyo consumo se ha ido extendiendo por todo el mundo durante las últimas décadas. No es nada complicado de hacer y sí, como muchos otros dulces típicos tiene su propio día internacional. Se celebra el 11 de noviembre y nosotras queremos festejarlo como se merece, preparando uno. Pero, admitámoslo. En cualquier momento del año podemos encontrar un buen motivo para preparar un delicioso brownie. Lo que pasa es que siempre acabamos cometiendo algunos errores que hacen que el resultado final no sea el que esperábamos.

Este bizcocho denso y sabroso donde los haya nació hace más de un siglo pero no está claro quién lo creó. De hecho ni siquiera está claro que fuese fruto de la intención o de una equivocación. Hay quien dice que se creó en Chicago, en el Hotel Palmer House cuando pidieron al repostero del restaurante que preparase un postre que se pudiera poner en cajas y se comiera sin mancharse las manos con motivo de una exposición. Otra teoría apunta a que, como tantas otras recetas, nació de un error, cuando un cocinero puso chocolate derretido a una masa de galletas o que fue porque se olvidaron de ponerle levadura a un bizcocho de chocolate.

Si tú también quieres hacerlo como un auténtico repostero, atenta a estos trucos que nos ha dado Moncho López, de Levaduramadre Natural Bakery.

Errores que no debes cometer si quieres preparar un brownie como un auténtico americano

  1. Emplear un chocolate de mala calidad. Es el principal error y es que muchos escogemos siempre el mismo chocolate para postres independientemente de lo que vayamos a cocinar. Sin embargo, en este caso hay que elegir un chocolate con un 70% de cacao y sin azúcar.
  2. No seguir el orden adecuado a la hora de mezclar los ingredientes. "Primero se derrite el chocolate junto con la mantequilla y se deja templar. Después, se añaden los huevos uno a uno y cuando está todo incorporado, se añade la harina. Al principio, la mezcla puede moverse con una lengua, pero luego hay que hacerlo con varillas", comenta Moncho.
  3. Olvidarnos de tamizar la harina. Es un error que deberíamos tener en cuenta siempre que hagamos repostería porque todos caemos en él una y otra vez. Al tamizar la harina evitamos que aparezcan grumos que nos estropeen el resultado final.
  4. Pasarnos picando los frutos secos o dejar trozos demasiado grandes. La textura de las nueces tiene que notarse al masticar el brownie pero los trozos tampoco deberían ser muy grandes. Procura que queden de un tamaño uniforme.
  5. Poner el horno a 180º. Es como si nuestros hornos solo tuvieran esa temperatura disponible y no pudiéramos usar otra jamás. Para hacer un brownie hay que poner el horno a un mínimo de 200 o 220º. En un brownie buscamos generar una "costra" por encima y eso es algo que solo nos dan las altas temperaturas.
  6. Sobrecocinarlo. Tenemos la idea de un brownie es un bizcocho y tenemos que dejarlo en el horno hasta que esté completamente seco por dentro y eso no le viene nada bien a este postre. Tenemos que cocinarlo poco, de manera que cuando lo saquemos del horno el interior esté aun húmedo. Esto hará que quede mucho más jugoso.
  7. Dejar que se enfríe. El brownie es un postre que se come caliente así que no hay que dejarlo reposar antes de servirlo. Cuando lo saques del horno desmóldalo (sin quemarte). A diferencia de otro tipo de bizcochos no baja al enfriarse, ya sale del horno con la forma final.
  8. Recalentarlo muchas veces. Como hemos dicho, el brownie tiene que quedar húmedo por dentro, si lo recalentamos quedará seco. En el caso de que no se termine cuando está recién hecho, caliéntalo por porciones, justo lo que vayas a consumir en ese momento, en lugar de volver a calentar el bollo completo.
  9. Servirlo sin acompañamientos. Un brownie de chocolate está infinitamente más rico si lo servimos junto con una bola de helado. El de vainilla es un clásico pero podemos incorporar también otros sabores como los de frutos secos, por ejemplo. También le viene genial un poco de chocolate caliente derretido por encima.
  10. Querer innovar demasiado. Es cierto que la receta ha ido evolucionando y ahora encontramos muchas variedades de brownie de chocolate pero tampoco hay que cambiar la receta. Como dice Moncho, "no se trata de hacer cosas extraordinarias, sino de hacer lo ordinario extraordinariamente bien".