El apfelstrudel es un pastel de manzana típico del sur de Alemania y también de Austria con raíces en la cocina árabe. ¡Casi nada! Pero todo encaja porque gracias a la presencia de frutos secos como las nueces o los piñones puede recordarnos ligeramente al delicioso Baklava. Es lo que tiene la cocina, que al final se van fusionando unas recetas con otras, evolucionan y acabamos con mezclas tan perfectas como esta. La receta que tienes a continuación, sin embargo, no corresponde a un apfelstrudel clásico puesto que este pastel de manzana suele presentarse enrollado y con una masa que, aunque es similar al hojaldre, no es exactamente lo mismo. Los pasteleros alemanes y austriacos buscan que la masa sea lo más fina posible y nosotros, como la usamos de base, preferimos que tenga un poco más de consistencia. No obstante, este pastel sí que tiene un toque muy alemán al combinar el sabor de las manzanas, la naranja y la canela con el de los frutos secos aunque también nos recuerde a una tarta de manzana tradicional. Por lo demás, es un postre muy sencillo de hacer que la única maña que requiere es la de cortar las manzanas. Vamos que es apto incluso para los más novatos en la cocina. Consejos: Si quieres transformar este pastel en un apfelstrudel típicamente alemán utiliza una placa de hojaldre cuadrada y estírala bien con el rodillo antes de rellenarla con las manzanas. Después, enróllala sobre sí misma y cierra los bordes doblando la masa. Una vez horneada, podrás cortarla en trocitos individuales que se asemejarán bastante más a este clásico de la cocina germánica. El pastel típico se sirve caliente y acompañado de una crema de vainilla. También es típico servirlo con nata montada o helado de vainilla que sin duda es una estupenda opción para crear un contraste de temperaturas de lo más apetitoso. Este pastel se puede aromatizar con un poco de ron . Incorpóralo junto al zumo de naranja para bañar los ingredientes del relleno.