Llega el otoño y con él una de las hortalizas más ricas que hay, la calabaza. Y es que podemos integrarla en multitud de platos deliciosos, lo mismo nos sirve para un risotto que para un salteado y es excelente para hacer postres. Sí, gracias a su sabor dulce y su textura aterciopelada se puede utilizar para elaborar multitud de postres como esta tarta. La calabaza se puede condimentar con montones de especias diferentes pero una de las que mejor le sienta es la canela. Aquí se le añaden solo dos cucharadas pero puedes ponerle más si quieres. Una curiosidad sobre la canela que no conocen demasiadas personas es que en realidad no tiene sabor, solo aroma. Haz la prueba de comer un poco tapándote la nariz. ¿A qué no sabe a nada? Por tanto, lo que hacemos con esta especia es aromatizar la tarta. También le ponemos un poco de cardamomo. Si no lo encuentras en polvo, muele tú las semillas con el mortero y después cuélalo o si quieres conseguir una textura mucho más fina y acabar antes, tritura con el robot de cocina. El bizcocho de esta tarta queda tan esponjoso porque las claras se montan aparte. De esta manera conseguimos que entre mucho más aire en la masa y que, junto con el impulsor químico o levadura, quede perfecta. Consejos: Para hacer este y otros postres o para tu consumo habitual asegúrate de que compras una miel de verdad. En muchas etiquetas se puede leer que la composición del producto no está formada únicamente por miel sino que se trata de mezclas con un muy bajo porcentaje de esta. No te dejes guiar solo por el precio a la hora de elegir este tipo de productos, asegúrate de que son realmente lo que quieres comprar. Siempre se te resisten las claras a la hora de montarlas. Prueba a agregarles una gotita de algún ácido como el vinagre o el limón y verás cómo después de un rato de pasarlas por las varillas eléctricas empiezan a subir. Comprueba que están montadas dándole la vuelta al recipiente. Si no caen, es que están listas.