Suaves, de piel aterciopelada y con un bonito color entre anaranjado y dorado, los albaricoques destacan por su sabor dulce y su deliciosa pulpa carnosa, jugosa y aromática. Aunque por lo general suelen comerse frescos, como fruta de mesa, también están muy ricos en pasteles, compotas, mermeladas… Incluso pueden formar parte de exquisitos platos salados. Si te gusta esta fruta, fíjate en la receta que te proponemos hoy. Se trata de una irresistible tarta de albaricoques con queso requesón (o ricotta) y almendra fileteada. Lo tiene todo para convertirse en uno de tus postres preferidos. El secreto, para que esta tarta quede estupenda, es preparar bien la crema del relleno. Bate los huevos con el azúcar hasta que queden cremosos y, luego, incorpora la mantequilla fundida, el requesón (o ricotta) y las dos harinas . Mezcla bien para que la masa quede suave y sin grumos. En ese momento ya solo tienes que verter el relleno en la base horneada y repartir los albaricoques por encima. Recuerda que los debes hundir un poco en la masa para que queden integrados. Después de hornear, añade las almendras, un poco de azúcar glas y… a comer. Los albaricoques pueden ser los protagonistas de exquisitos postres estivales. Pruébalos dentro de una crepe con cerezas , en una tatin o rellenos de crema de queso a la miel . Ideas y consejos para la tarta de albaricoques con ricota y almendras Un toque especial. Si quieres que la crema de requesón o ricota tenga un aroma especial, agrega unas gotas de esencia de vainilla o de limón a la crema. Quedará deliciosa. Otros frutos secos. Sustituye las almendras por nueces o avellanas. Pícalas finamente y espárcelas por encima de la tarta antes de servir. Fruta de verano. Delicado y muy dulce, el albaricoque se recolecta principalmente entre los meses de mayo y julio. Para apreciar todo su sabor, cómpralo en su punto justo de maduración. La superficie de la fruta madura debe ceder ligeramente al tacto.