Es cierto que hoy en día puedes encontrar buenos caldos ya preparados, pero la satisfacción de preparar un caldo casero no se puede comparar a la de abrir un tetrabrick. Esta receta de caldo de pollo es un básico del recetario de nuestras abuelas, y no hay que perder la costumbre de prepararlo, aunque sea de vez en cuando. Ten en cuenta que puedes preparar mucha cantidad y luego congelar la parte que no vayas a consumir enseguida. También puedes hacer cubitos de caldo caseros (rellena unas bolsas para hacer cubitos con el caldo, y guárdalos en el congelador), perfectos para aderezar una salsa o añadirlos a un guiso y darle ese toque casero que solo se consigue con un buen chup-chup. Si te gustan las sopas clásicas, también te gustará el minestrone de verduras o la sopa juliana . Recetas de aprovechamiento con los restos del caldo En esta sopa de pollo, también se sirven parte de las verduras del caldo y de la carne de pollo, pero con lo que te sobre, puedes preparar otras recetas deliciosas. ¡No tires nada! Con las verduras puedes hacer un puré delicioso, perfecto como entrante en cualquier época del año. Tritura las verduras y añade un poquito de caldo si quieres conseguir una textura menos densa. Puedes añadirle un quesito o un chorrito de nata líquida (o las dos cosas) al triturar los ingredientes. A la hora de servirla, alíñala con unas gotas de aceite de oliva virgen extra y acompáñala con unos picatostes caseros. Fíjate en esta receta de puré de verduras , ¿a que tiene buena pinta? Con los restos del pollo, puedes preparar una masa de croquetas deliciosa. Bastará con que lo desmenuces y lo mezcles con una bechamel casera espesa. Luego da forma a las croquetas, pásalas por huevo batido y pan casero y ¡listo! Si no las vas a consumir enseguida, puedes congelarlas y freírlas sin descongelar el día que quieras comerlas. En esta receta de croquetas de pollo , además de pollo y bechamel, llevan requesón y patata.