Si buscas un plato contundente, de esos que te arreglan un mal día , esta receta es para ti. La combinación de lentejas y calabaza resulta absolutamente deliciosa y lo mejor de todo es que el tiempo que tienes que invertir ante los fogones es mínimo. La gracia de este guiso es que se hace prácticamente solo porque se cocina a fuego lento durante un buen rato. Hay que tener que la precaución de remover de vez en cuando, eso sí. Y es que las lentejas tienen cierta tendencia a pegarse en el fondo y quemarse, lo que suele acabar en desastre. Por otro lado, en la receta se indica que hay que poner las lentejas a remojo el tiempo que indique el fabricante sin embargo no todos los tipos de lentejas requieren de este paso previo. Asegúrate de comprobarlo el día antes de ponerte manos a la obra. Añadir especias como el jengibre y el clavo transformará por completo este guiso y le dará un toque más exótico que no recuerda para nada a las lentejas estofadas de siempre. Si no tienes jengibre fresco puedes utilizarlo en polvo, solo debes poner una cantidad algo mayor puesto que da menos sabor de este modo. Recuerda que los clavos no se comen, así que avísalo a tus comensales o ve sacándolos al servirlas. Consejos Si se sirven estas lentejas acompañadas de unas rebanadas de pan integral no solo mejora el sabor sino que se consiguen unas proteínas muy completas porque las del pan (cereales) complementan a las que contienen las lentejas (legumbres). ¿A pesar de todo se te han 'agarrado' las lentejas ? Puedes salvar el guiso siempre y cuando no lo remuevas. Evita que las lentejas pegadas se mezclen con el resto y les transmitan ese gusto tan desagradable. Si todavía falta un rato para que estén listas, pásalas a otra cazuela y sigue la cocción. Hay dos trucos para eliminar ese sabor a quemado si ya ha pasado a todo el guiso, el primero es agregar más agua y unas hojas de lechuga para que absorba ese gusto. Si no, también puedes añadir unas patatas peladas y luego retirarlas.