Si lleva tomate, cebolla y ajo... ¿por qué esta sopa fría resulta más ligera que los tradicionales gazpacho y salmorejo ? Primero, porque no lleva vinagre ni pimiento , dos ingredientes de sabor contundente. Y segundo, porque las verduras se rehogan antes de triturarlas , y así tanto la cebolla como el ajo quedan más suaves de sabor. Como esta sopa se toma muy fría, deberás dejarla enfriar a temperatura ambiente antes de introducirla en la nevera. El truco Cocina Fácil : rellena con esta sopa una cubitera e introdúcela en el congelador al mismo tiempo que reservas la sopa en el frigorífico. Así podrás servir un cubito en cada plato y mantener el frescor de la receta. ¿A que es buena idea? Otras sopas frías que también te pueden gustar: Otros toppings para tu sopa fría de tomate Nosotros la servimos con hojas de albahaca y uvas blancas y negras, pero hay muchas otras opciones para decorar esta sopa de tomate. Frutos secos: almendras, piñones, nueces... pícalas menudas y espolvorea la sopa con ellas justo antes de servirla. Si quieres potenciar el sabor de los frutos secos, tuéstalos unos minutos en una sartén sin aceite. Picatostes: corta un poco de pan del día anterior en dados de 1 centímetro de lado aproximadamente y tuéstalos o fríelos en una sartén (fritos en abundante aceite están deliciosos, pero también suman bastantes calorías al plato). Pipas o semillas: las pipas de girasol o de calabaza y las semillas de sésamo o de lino son buenas opciones para añadir textura y sabor a tu sopa fría de tomate.