Ajoblanco con uvas y crujiente de queso

El ajoblanco se prepara con dos ingredientes básicos, las almendras y el ajo y se suele acompañar de unas uvas, que le van de maravilla. Para darle un toque más especial todavía, aquí le añadimos también una teja de queso crujiente.

Jani Paasikoski

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AJOBLANCO CON UVAS Y CRUJIENTE DE QUESO.
Cocina Fácil / RBA / XAVIER SOLDEVILA
4 personas
60 min
165 Cal

5

(1 voto)

Dieta:

Mediterránea

Vegetariana

Temporada:

Todo el año

Verano

Técnica:

Sin cocción

Tipo Plato:

Primeros platos y entrantes

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

El ajoblanco es una alternativa perfecta al gazpacho y el salmorejo y aunque se puede consumir durante todo el año, es en los meses de calor cuando se le saca más partido. Y no, al contrario que en estas otras sopas frías, aquí el tomate brilla por su ausencia. El ajoblanco tiene dos ingredientes principales, el ajo y las almendras. Sí, las almendras. Ellas son las principales responsables de su color, el blanco, y de su sabor dulce y casi adictivo.

Lo mejor de esta receta es que, con un robot de cocina algo potente, se hace en un santiamén y además, como no está tan visto como el gazpacho o el salmorejo, puede ser una buena alternativa para servirlo en celebraciones o comidas familiares o de amigos en pleno verano. No obstante, es una receta que también procede de Andalucía y es especialmente popular en Málaga, Cádiz y también en Extremadura.

Además de las almendras y el ajo, el ajoblanco también lleva aceite de oliva virgen extra, sal y vinagre. Recuerda que quedará mejor cuanto mayor sea la calidad del aceite con el que tienen que emulsionar el resto de ingredientes. El ajoblanco se suele acompañar de unas uvas que se añaden a la propia sopa enteras. En este caso, hemos querido ir un paso más allá y también lo hemos servido con unas tejas de queso que le dan un toque crujiente espectacular.

Ingredientes paraAjoblanco con uvas y crujiente de queso

  • 100 gramos de Almendras peladas
  • 100 gramos de Pan del día anterior
  • 800 mililitros de Agua mineral
  • 200 gramos de Uvas
  • 100 gramos de Queso Parmesano
  • 25 mililitros de Vinagre De Jerez
  • 100 mililitros de Aceite De Oliva
  • 4 tallos de Cebollino
  • Sal

1. Pon en pan a remojo

Trocea el pan y déjalo en remojo con un poco del agua mineral durante unos 5 minutos. Mientras tanto, pela las uvas y los ajos retirando a estos últimos el germen del interior.

2. Prepara el crujiente de queso

Precalienta el horno a 180º. Ralla el queso y extiéndelo en una capa fina sobre la placa forrada con papel sulfurizado. Hornea el queso 12 minutos, retira y deja enfriar.

3. Tritura y enfría

Tritura las almendras junto a los dientes de ajo, el pan, el vinagre, el aceite y una pizca de sal en el vaso de la batidora o en el robot de cocina. Añade agua mineral hasta que obtengas una crema de textura fina y suave. Rectifica el punto de sal y de vinagre si es necesario y deja enfriar en la nevera.

4. Emplata y sirve

Vierte el ajoblanco en 4 cuencos y decóralo con las uvas y el crujiente de queso troceado. Espolvorea con el cebollino lavado y picado fino y sirve.

El truco

Este ajoblanco nos quedará perfecto si lo elaboramos con un aceite de oliva virgen extra de máxima calidad.

Consejos:

  • Para conseguir una textura más fina y delicada lo principal es contar con un robot de cocina potente que triture muy bien los ingredientes. Las almendras, aunque estén crudas, son bastante duras. Después, es recomendable pasar toda la preparación por un colador o un chino una o incluso dos veces.
  • Además de con uvas, el ajoblanco también se puede acompañar de trocitos de melón o incluso se pueden combinar ambas frutas. Le dan un toque refrescante que le sienta de maravilla.
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