Desde principios de otoño hasta bien entrada la primavera, podemos disfrutar de la deliciosa coliflor en nuestras mesas. Esta hortaliza, de la familia de las crucíferas , es un auténtico tesoro para nuestra salud. Y es que, además de destacar por su bajo contenido en calorías, nos aporta vitaminas C y del grupo B, minerales como el potasio y el fósforo y grandes cantidades de fibra. En la cocina se puede realizar de muchísimas maneras y siempre queda perfecta. Puede consumirse cruda, en ensaladas, o cocinarse al vapor, gratinada, al horno, frita… En esta ocasión te sugerimos que prepares con ella una reconfortante sopa . Queda tan gustosa y es tan fácil de hacer que, seguro, la vas a incorporar a tu recetario particular. A la hora de comprar la coliflor, elige un ejemplar que tenga el cuerpo limpio, firme y compacto, con las hojas verdes y tiernas. Y si tiene manchas marrones en las hojas o las inflorescencias están separadas, lo mejor es que la descartes ya que es señal que está demasiado vieja. Luego, una vez en casa, solo te quedará cortarla en ramitos, limpiarlos bien para eliminar restos de tierra o de insectos y… ¡a cocinar! Si quieres descubrir otras recetas con esta verdura, echa un vistazo al pastel de coliflor , al guiso de coliflor con gambas o al bacalao a la gallega con coliflor . Consejos y variantes para la sopa de coliflor A la hora de hacer el sofrito, añade medio pimiento rojo cortado en tiritas. Esta misma receta se puede elaborar con brócoli. Si deseas que la sopa sea más completa, puedes incorporar unas rodajas de zanahoria. En lugar de agua, usa un caldo de verduras. Para una versión no vegana, agrega unos taquitos de jamón de York , serrano o de pavo justo antes de servir la sopa.