Las carnes rellenas son todo un mundo aparte en la cocina. Por norma general, suelen rellenarse piezas de carne de ave o cerdo y es que son las que mejor combinan con otros ingredientes. Solo hay que abrirlas correctamente para introducir el relleno. En este caso, hemos elegido un solomillo de cerdo y nos hemos decantado por un relleno clásico pero efectivo. Lleva solo dos ingredientes, cebolla y pimiento del piquillo . Lo mejor es que la cebolla va caramelizada pero no te asustes que no te llevará demasiado hacerla. Hemos optado por caramelizarla con miel y el resultado es asombroso. Luego solo tendrás que abrir una lata de pimientos para completar tu relleno. Una de las particularidades de esta carne es que también va envuelta, no en hojaldre como el solomillo Wellington, sino en beicon, que le aporta sabor extra. La parte más complicada es quizá la de envolver la carne para que forme un rulo. Pero no hay nada que temer porque tenemos un súper truco al final que te dará todas las claves. Lo importante es ser firme a la hora de envolverlo y cerrar bien los extremos para que no se nos escape ni una gota del jugo. Luego va derechito al horno así que mientras podrás preparar unas patatas paja para acompañarlo y darle este toque crujiente que tan bien les sienta a tantas recetas. Consejos: Preparar el relleno puede ser algo divertido en lo que dejar volar tu imaginación . Así que, si no te apetece rellenar el solomillo con pimientos y cebolla, las opciones son infinitas. Puedes combinar frutas como ciruelas y piña, frutas secas como los dátiles o las pasas con la cebolla caramelizada o añadir queso de cabra, por ejemplo. Para freír las patatas paja , además de cortarlas todo lo finas que puedas, es importante no llenar de más la sartén . Hay que evitar que se peguen entre sí porque entonces no conseguiremos ese acabado tan crujiente. Hazlas a fuego vivo pero en tandas pequeñas y siempre separándolas, de una en una, cuando las incorpores al aceite, nada de echarlas en puñados.