Para que el glaseado que acompaña este salmón quede perfecto, es importante ir vertiendo la salsa de miel, limón y eneldo sobre el pescado poco a poco con ayuda de una cuchara. Cuando veas que esta se ha reducido y que empieza a caramelizarse, retira la sartén del fuego para que no se queme y adquiera un sabor amargo. ¿Buscas más ideas con este pescado? No te pierdas el salmón al horno con costra crujiente de pesto .