Se nos hace la boca agua con solo pensar en lo deliciosa que tiene que quedar esta receta y es que con buenos ingredientes, hasta las bases más sencillas como el arroz o la pasta, se convierten en auténticos manjares. Es posible que boletus y las trufas formen uno de los dúos más infalibles de la cocina pero es que a esta receta de risotto también se le añade queso grana padano o, si prefieres redondear la jugada, parmesano. Así que estamos ante un trío de ases ganador. Si los encuentras, lo ideal es que utilices tanto los boletus como la trufa frescos pero es difícil y nada económico así que por eso te proponemos que recurras a los boletus desecados y a la trufa en conserva. El sabor no se será afectado prácticamente pero tu bolsillo quizá sí que lo agradezca. Aún así, hay más alternativas como por ejemplo comprar los boletus también congelados o en conserva o incluso utilizar otro tipo de seta si estamos fuera de temporada y tampoco damos con las alternativas. Lo más importante de esta receta es que el arroz quede en su punto y tenga la textura adecuada. Para hacer un risotto es imprescindible remover constantemente y agregar el caldo siempre caliente para no cortar la cocción. Con esos dos pasos tendrás gran parte del trabajo hecho. Consejos: ¿Has encontrado boletus frescos en el mercado a un precio razonable ? ¡Enhorabuena! Ahora hay que tratarlos bien a la hora de limpiarlos que se lo merecen. En este caso NO hay que sumergirlos en agua, tan solo limpiarlos con un paño húmedo para retirarles bien toda la tierra que puedan contener. Para las partes más difíciles ponlos debajo del grifo con agua corriente y frota. Si no tienes cava, puedes cambiarlo por vino blanco o si prefieres no añadir nada de alcohol por medio vasito de vinagre de manzana diluido en otro medio de agua y agregar una cucharada de azúcar blanco.