Un hojaldre relleno de nata es un postre perfecto para el fin de semana o para una comida especial. Pero cuando el calor aprieta, a veces da mucha pereza poner en marcha el horno. Si crees que es imposible cocinar un hojaldre sin horno, te demostraremos que no lo es . Y que, además, es muy fácil de preparar y queda igual de crujiente que hecho al horno. El truco está en preparar tartas individuales en lugar de una gran tarta o un roscón de hojaldre... porque el misterio consiste en freír el hojaldre en una sartén con aceite . Sí, sí, tal como lo lees. Al freírlo, el hojaldre se va tostando a la vez que sufla , es decir, que se hincha por el centro. Luego solo tendrás que abrirlo por la mitad y rellenarlo con la nata que has montado previamente. Consejo Cocina Fácil: puedes preparar los hojaldres con antelación, pero rellénalos justo antes de servirlos porque la nata podría reblandecer el hojaldre y dejaría de estar crujiente. Si fríes el hojaldre horas antes, guárdalo en un tarro hermético para que se conserve perfecto hasta el momento de rellenarlos. ¿Cómo servir y con qué acompañar los hojaldres de nata? Tienes muchas opciones para acompañar estos dulces, que son ideales para la hora del café o para la sobremesa. Puedes espolvorearlos con cacao en polvo en lugar de azúcar glas, y decorarlos con unos frutos secos como almendras laminadas o en granillo, pistachos o avellanas picados... Acompaña los hojaldritos con unos frutos rojos: frambuesas, fresas silvestres, fresones, arándanos... Un hilo de chocolate fundido (negro, blanco o con leche, el que más te guste) también es un acompañamiento perfecto para este dulce. Otras salsas que puedes usar para decorar este postre son el coulis de fruta, el tofe o un sirope.