Los pasteles fríos son una excelente solución para los días más calurosos. Lo preparas con antelación, lo dejas fresquito en la nevera y te lo encuentras preparado al volver de la playa, por ejemplo... Hay muchas opciones ricas de pasteles salados fríos, como este de calabacín , esta otra variedad de salmón o nuestra propuesta con langostinos . Para nuestra receta de pastel de salmón y espárragos hemos utilizado salmón fresco . Puedes cortarlo con un cuchillo bien afilado en trocitos pequeños o triturarlo, sin que llegue a deshacerse del todo, con la batidora. Tú eliges qué textura te gusta más al paladar. Los espárragos blancos es mucho más fácil que los utilices de una buena conserva, pero si en primavera los compras frescos y los cueces tú, el resultado será espectacular. ¡Sigue nuestra receta y te encantará lo fácil que es preparar este pastel de salmón y espárragos! Consejos para un pastel de salmón y espárragos perfecto La temporada del espárrago blanco es corta, entre abril y mayo, por eso utilizamos casi siempre este delicioso alimento en conserva. Si quieres cocerlos tú, apreciarás mejor su sabor extraordinario. Para eso hay que pelarlos con un pelaverduras, cortar un poco la base y ponerlos a cocer con agua salada, de pie, atados con una goma, con las puntas hacia arriba. Pasados 15 minutos los puedes tumbar para acabar la cocción. Si lo guardas en la nevera para consumirlo más tarde, deja para el último momento el proceso de untarlo con salsa rosa y la decoración con huevo duro, gambas y salmón ahumado. Si os gusta mucho el sabor del salmón ahumado, en lugar de unas tiritas para decorar, puedes forrar toda la superficie superior con unas lonchas y luego untar con la salsa. Como la textura es muy tierna, tienes que desmoldarlo con sumo cuidado para que no se rompa la forma del pastel. Te irá muy bien un molde alargado de silicona o uno desmontable.