Los pasteles de pescado son una forma sencilla de comer este tipo de alimento sin que los más delicados se las tengan que ver con las espinas . Por eso es típico elaborarlos con peces que tienen muchas, como el cabracho . No obstante, con otros que son más limpios, como el rape, también quedan de maravilla. Su carne es muy firme y al hacerlo de esta manera, conseguimos que quede mucho más suave sin renunciar a su delicioso sabor. El pastel de rape se elabora con este pescado cocinado y desmenuzado y se mezcla con colas de gambas troceadas, huevos, nata, salsa de tomate, sal, pimienta y la (otra) estrella de esta elaboración: el vermú rojo. Que no te de reparo cocinar con este tipo de bebida porque su uso cada vez está más extendido en nuestra gastronomía y si escoges uno de buena calidad, le dará un toque dulce increíble. Nosotras lo hemos querido acompañar de una mahonesa de marisco. Es tan fácil de hacer como agregar el jugo de las cabezas de unas gambas previamente salteadas a una mahonesa ya hecha. Puede ser casera o comprada pero elige una que tenga un sabor y una textura más bien suave para que no enmascare el pastel. Consejos: Elabora tu propia salsa mahonesa con aceite de oliva y huevo batiendo sin levantar la batidora el vaso para que no entre aire. Bate hasta que obtengas una textura más bien firme pero sin que llegue a cortarse. Agrega una gotita de limón o vinagre y sal. Usa un molde de silicona y te ahorrarás el proceso de forrar el de metal con papel sulfurizado. Se desmoldan mucho más fácilmente y se limpian en nada.