¿A quién no le gusta el hojaldre relleno de crema pastelera ? Pocos son los que consiguen resistirse a esta combinación de la repostería tradicional que podemos encontrar, en múltiples formas, en buena parte de Europa. La pantxineta donostiarra es una versión que nació a principios del siglo XX en Casa Otaegui, una pastelería de San Sebastián que continúa abierta hoy en día. La que fuera dueña de esta pastelería entonces, Emilia Malcorra, fue quien bautizó al postre con este curioso nombre. Ella adaptó el de la elaboración de origen francés del franchipán o frangipane al euskera y desde entonces se conoce como pantxineta. Y aunque ambos tengan nombres parecidos, lo cierto es que a lo que da nombre el franchipán es a la crema de almendra que se utiliza para rellenar todo tipo de dulces mientras que el nombre pantxineta hace referencia al pastel completo. Hay dos formas tradicionales de acompañar la pantxineta, una es con una cobertura de chocolate caliente. Pero si prefieres darle un toque fresco, también suele servirse con helados de frutas como la mandarina. Aunque claro está, con un buen montoncito de nata montada al lado también forma un buen tándem. Consejos: La crema debe estar bien fría cuando se reparta sobre el hojaldre para que este no se reblandezca. Es mejor prepararla la víspera o unas horas antes; así quedará también más espesa. Para darle un toque aromático puedes añadir vainilla o un trozo de cáscara de limón. Para cortar los círculos de hojaldre lo más práctico es hacerlo con un cortapastas redondo o discos de emplatado . Suelen venir en packs con distintos tamaños así que para esta receta te vendrán de maravilla. Si no tienes o no planeas hacerte con unos siempre puedes recurrir a vasos y tarros que tengas en casa. Haz el corte con un cuchillo tipo puntilla para que quede más pulido.