Muy popular en el bajo Aragón , aunque también se pueden encontrar en todas las provincias aragonesas, el pan de cañada es una torta aceitada tradicional , de forma plana y oblonga, que vale la pena conocer. Con una corteza de intenso color dorado y ligeramente crujiente, este pan, llamado simplemente cañada o también raspao, guitarra, bollo o torta floja , según la zona en la que se realiza, destaca por tener unas hendiduras en forma de acanaladuras por su superficie o unos hoyuelos. Por lo que se refiere a su miga, es húmeda, esponjosa y tiene abundantes alveolos. Elaborado con harina de trigo, agua, levadura y sal , este pan tiene la peculiaridad que una vez hecha la masa y antes de entrar en el horno, se unta con aceite de oliva virgen extra , que actúa como un conservante natural. Esto era una gran ventaja en tiempos en los que los pastores trashumantes viajaban con el ganado a través de las cañadas, ya que el pan se mantenía tierno más tiempo y lo podían llevar en el zurrón durante las varias semanas. Ideal para preparar deliciosos bocadillos de ternasco de Aragón , el pan de cañada también se puede servir con queso, jamón ibérico u otros embutidos o para acompañar una buena cena. En algunas panaderías también se prepara el pan de cañada dulce , perfecto para tomar en el desayuno o la hora de la merienda. Curiosidades y variantes Desde el año 2008, el pan de cañada está amparado por la marca C’Alial, un sello de garantía de calidad del Gobierno de Aragón . Otros panes artesanales que también tienen este sello son el chusco, el pan de pintera o pintadera de Teruel, y el pan de cinta de Zaragoza. Antes de introducir el pan en el horno, y una vez aceitado, puedes espolvorear la superficie con un poco de pimentón y también puedes añadir sal en escamas. Si te apetece elaborar un pan de cañada dulce, agrega el azúcar antes de hornear. También puede verter un chorrito de anís.