Ni zanahoria, ni calabaza. Este bizcocho de limón y calabacín queda superesponjoso y jugoso

¿Un bizcocho con calabacín? Sí, es posible. Descubre cómo lo preparamos en Cocina Fácil y sorprende a todos con una receta poco común y superesponjosa

ruth puig cocina facil
Ruth Puig

Periodista especializada en gastronomía

Bizcocho de calabacín y limón
Istock
4 personas
50 min

5

(1 voto)

Temporada:

Todo el año

Tipo Plato:

Postres

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Aunque pueda parecer algo inusual utilizar calabacín en la repostería, en realidad, las verduras desempeñan un papel sorprendente en el mundo de los dulces. Un buen ejemplo son los postres con zanahoria y calabaza.

En este bizcocho, se combina la suavidad del calabacín con la frescura cítrica del limón, y se remata con un glaseado que realza aún más el sabor a limón. Un pastel perfecto para el desayuno, la merienda, un bocadillo a media mañana o como acompañamiento para un café o té en cualquier momento del día…

Los ingredientes para prepararlo son bastante sencillos, y si no tienes buttermilk, puedes sustituirla por 100 ml de leche mezclada con 1 cucharada de zumo de limón. ¡Un placer para todos los momentos!

Ingredientes paraNi zanahoria, ni calabaza. Este bizcocho de limón y calabacín queda superesponjoso y jugoso

  • Para el bizcocho
  • 120 mililitros de buttermilk (o bien, 100 ml de leche y 1 cucharada de zumo de limón)
  • 260 gramos de harina
  • 175 gramos de azúcar
  • 2 cucharaditas de levadura química de repostería (tipo Royal)
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 2 huevos
  • 120 mililitros de aceite vegetal de sabor suave (girasol, maíz, etc.)
  • La ralladura de 1 limón
  • 100 gramos de calabacín rallado con la parte gruesa de un rallador
  • Para el glaseado de limón
  • 70 gramos de azúcar glas
  • 1 y 1/2 cucharadas de zumo de limón

1. Prepara el horno y el molde

Para comenzar, precalienta tu horno a 180 grados y asegúrate de untar abundantemente con mantequilla un molde rectangular. Este paso es fundamental para evitar que el bizcocho se adhiera al molde y facilite su posterior desmolde

2. Prepara el buttermilk y ralla el calabacín

Si no tienes buttermilk, añade 1 cucharada de zumo de limón a 100 ml de leche y déjala reposar durante 15 minutos. Mientras tanto, rallar el calabacín y eliminar el exceso de humedad con papel absorbente.

3. Mezcla los ingredientes secos

En un recipiente grande, combina con cuidado la harina, el azúcar, la levadura y una pizca de sal. Asegúrate de que todos estos ingredientes secos se integren de manera homogénea. Crea un hueco en el centro de la mezcla seca, preparándolo para recibir la mezcla líquida y formar la masa del bizcocho.

4. Prepara la mezcla líquida

En otro recipiente de tamaño mediano, bate ligeramente los huevos con un tenedor. Luego, agrega el buttermilk (o la leche con limón si no tienes buttermilk), el aceite vegetal y la ralladura de limón. Usa una cuchara para mezclar estos ingredientes líquidos hasta obtener una combinación uniforme. A continuación, incorpora el calabacín rallado a la mezcla líquida, asegurándote de que se mezcle de manera adecuada y se integre con los demás ingredientes.

5. Combina los ingredientes

Agrega la mezcla líquida a la mezcla de harina y revuelve suavemente hasta que estén combinados y no queden grumos. La masa será densa, pero suave, no mezcles en exceso.

6. Hornea y glasea

Vierte la masa en el molde preparado y hornea en el centro del horno durante aproximadamente una hora, o hasta que al insertar un palillo en el centro, salga limpio. Después de sacarlo del horno, deja reposar en el molde durante 10-15 minutos antes de transferirlo a una rejilla. Mezcla el azúcar glas y el zumo de limón para hacer el glaseado y viértelo sobre el bizcocho antes de que se enfríe por completo. Asegúrate de colocar un papel debajo para recoger el glaseado que gotee

Escuchar combinar en un mismo plato calabacín y limón está bien, pero en un postre... nos puede extrañar. Te animamos a probarlo porque alucinarás con el sabor, la textura y la cantidad de ventajas que tiene la receta. Para empezar, hacer uso del calabacín es lo que aporta la textura tan jugosa que se consigue en el bizcocho y tiene muchísimas ventajas para nuestra salud. El calabacín es una verdura rica en agua y fibra, lo que hace que este bizcocho sea un postre ligero en comparación con otros. Y aunque no es un ingrediente típico en repostería, se integra de una manera tan sutil que la mayoría de las personas que prueban este postre, no lo notan. Además, la ralladura de limón da un toque cítrico que hace un buen contraste con el calabacín, consiguiendo un equilibrio delicioso entre dulce y ácido.

Si tienes una reunión en la que hay alguien intolerante al gluten, puedes seguir preparando este bizcocho y hacerlo con harinas alternativas como la de almendra o avena. Este bizcocho es perfecto tanto para un desayuno ligero como para acompañar una merienda o para servir como postre en una comida o cena con familia o amigos. ¡El resultado siempre será un éxito en la mesa! ¿A qué esperas para probarlo?

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