La tarta de queso o pastel de queso es un postre tan antiguo que se cree que ya se preparaba en la antigua Grecia. En el siglo XIX apareció en Nueva York el queso crema, muy versátil y con el que podían preparar tartas de queso horneadas con una base de galleta que no tardaron en popularizarse. Y que ahora se conocen como New York cheesecake . Unas décadas después, las cafeterías y restaurantes empezaron a comercializarlas y a competir por tener la mejor receta de la ciudad . Tradición que llega hasta hoy en día, ya que nadie puede irse de la gran manzana sin haber pedido al menos una porción de New York cheesecake. Tradicionalmente, la tarta de queso se cubre con una capa de mermelada de fresa , frambuesa o arándanos y se decora también con frutos rojos . Aunque podemos prepararla con otro tipo de mermelada y fruta. Lo cierto es que el toque ácido de los frutos rojos y el dulzor de la tarta de queso forman un conjunto perfecto difícil de superar. Consejos para una New York Cheesecake perfecta: Si tu molde no es de silicona, forra el fondo con papel vegetal y engrasa las paredes con mantequilla para que te resulte más fácil desmoldar. Calienta 30 segundos la mermelada en el microondas para que se haga más líquida y te resulte más fácil extenderla sobre la tarta. Si prefieres puedes usar frutos rojos congelados , con muy buen resultado. Y si los usas frescos, puedes congelar los que te sobren para utilizar en otra ocasión. ¿Quieres probar otras variantes de la tarta de queso? No te pierdas la altísima tarta de queso japonesa con frambuesas , la tarta de queso Idiazábal o el Flaó , la típica de Ibiza y Formentera. Y si en casa hay algún celíaco, puedes hacer la tarta sin la base de galletas . Porque la capa de queso no lleva harina, y, por tanto, no tiene gluten.