La lasaña es uno de esos platos que nos hacen sentir bien cuando lo comemos. Puede que sea porque nos recuerde a nuestra infancia (o a quien nos lo preparaba con tanto cariño) pero siempre reconforta. La receta que te proponemos aquí es la clásica , la que combina dos tipos diferentes de carne, de ternera y de cerdo, y que lleva una cocción más o menos lenta, pero hay multitud de opciones: vegetal , fresca o incluso de pescado . Cuanto más tiempo se guise con el tomate, mejor. Luego se prepara una bechamel que no quede ni demasiado densa ni demasiado líquida . La clave es no dejar de remover la salsa en ningún momento para evitar que salgan grumos e ir agregando leche según vaya engordando hasta que consigamos una textura que nos guste. También hay que cocer las placas de lasaña y luego montar las capas alternando carne y pasta hasta llegar a la última que se recubre con la bechamel y queso rallado y se hornea con el grill para que se dore. El número de capas para tu lasaña que nosotras te proponemos es de tres de carne y cuatro placas de pasta . No obstante, es algo orientativo y si te gusta puedes hacerla con menos capas para que tenga una mayor cantidad de relleno y menor de pasta. Todo depende de tus gustos y de los de tus comensales. Consejos: Actualmente lo que más se encuentra en los supermercados son placas de lasaña precocidas . Solo hay que meterlas al horno y con el propio líquido de la salsa se cocinan sin necesidad de hervirlas antes. Agrega verduras como la berenjena y la zanahoria al sofrito previo de la carne para hacer este plato más saludable. Este plato se puede congelar antes de hornearlo . Puedes hacer dos fuentes en lugar de solo una y congelar la que no te vayas a comer en el día. Así solo tendrás que calentarla en el horno una vez que la hayas descongelado para disfrutar de esta deliciosa comida.