Uno de los dulces más típicos en época de Cuaresma y de Semana Santa son las hojuelas . Crujientes y deliciosas, son de esas recetas, sencillas y humildes, pero llenas de sabor, que pasan de madres a hijas, de generación en generación, y que vale la pena mantener en los recetarios familiares. Las podemos encontrar espolvoreadas con azúcar, con miel, en forma de rectángulos, cuadrados… En esta ocasión las elaboramos con un toque de miel y agua de azahar y las presentamos enrolladas. Ideales para servir como postre, para acompañar el café o para tomar a la hora de la merienda, estas hojuelas te van a conquistar. ¡Están tan ricas que te será imposible comer solo una! Muy fáciles de hacer, para que queden perfectas es básico controlar la fritura. Una vez tengas la masa cortada en tiras largas, pínchala con el tenedor y colócala sobre el aceite caliente, pero no humeante. Es importante que no te despistes en ese momento ya que en un instante pueden dorarse demasiado. Y un consejo más: fríelas por tandas. Así el aceite no perderá temperatura. Una vez hechas, déjalas sobre papel absorbente para que suelten el aceite y, luego, riégalas con el almíbar. ¡Quedarán buenísimas! Otros postres fritos que también te gustarán son los tradicionales pestiños con miel , las rosquillas fritas de anís o los buñuelos de viento de Cuaresma . Consejos y variantes para las hojuelas de la abuela con un toque de miel y azahar El éxito de las hojuelas es que la masa quede bien fina. Para conseguirlo, pasa el rodillo varias veces por encima de la masa. Así quedarán muy bien. A la hora de freírlas, utiliza un aceite de oliva suave o uno de girasol . Si no tienes freidora, puedes usar una sartén o un cazo alto . Pon suficiente aceite para que queden sumergidas.