¿Tú también tienes por costumbre preparar pizza casera una noche a la semana? Si quieres que te quede como las de tu pizzería preferida, te interesa seguir leyendo.
1. La masa, mejor casera
No creas que hacer masa de pizza casera es un objetivo imposible. En realidad, es bastante fácil, pues solo consiste en amasar bien los ingredientes. Eso sí, aunque puedes hacerla en unos 30 minutos, deberás dejarla levar al menos 1 hora.
Nuestro consejo es que elabores la masa el día antes, para que luego preparar la pizza sea solo cuestión de estirarla, cubrirla con los ingredientes y hornearla. Importante: fíjate bien en el tiempo y la temperatura del horno, que debes precalentar entre 20 y 30 minutos antes de introducir la pizza. Solo así conseguirás una cocción perfecta.
Si aun así te parece demasiado tiempo el que debes dedicar a preparar la masa de la pizza, puedes comprarla hecha, pero busca una 100% artesana. Hay muchos hornos y panaderías que venden masas de pizza artesanales, tenlo en cuenta.
Y como última opción, si no quieres o no puedes hacer tu propia base de pizza, es preparar las pizzas con un pan ligero y fino, como el pan de cristal. Córtalo por la mitad en sentido horizontal y utiliza cada una de las dos partes como base. Te sorprenderá el resultado.
2. La salsa de tomate, hecha en casa
Hacer salsa de tomate casera también es muy fácil, pero requiere su tiempo. Ahí es cuando entra en juego el batchcooking, es decir, preparar recetas base, como las salsas, para después tenerlas listas cualquier día de la semana.
Para hacer una salsa de tomate básica, que puedas usar tanto en tus pizzas como en tus platos de pasta, por ejemplo, solo necesitas tomates maduros, aceite de oliva virgen, sal y una pizca de azúcar. Nuestro consejo es que hagas una buena cantidad de salsa de tomate casera y luego la guardes en tarros herméticos en la nevera. Para así ir gastándola a medida que la necesites. Te puede durar hasta dos semanas en perfecto estado, siempre que le pongas un poco de aceite de oliva en la superficie, para que no se enmohezca.
3. El queso, que funda
Si los italianos le ponen mozzarella a las pizzas, ¿quiénes somos nosotros para llevarles la contraria? Estamos hablando del queso base, luego si quieres hacer una pizza de quesos variados, ahí sí puedes jugar con otras variedades, desde los más secos, como el parmesano o el manchego, a los más cremosos, como el brie, el queso de cabra o el gorgonzola. Una idea: añade unos taquitos de queso de oveja con trufa, te saldrá una pizza irresistible.
Eso sí, la mejor mozzarella para poner en la base de tu pizza debe ser mozzarella de búfala fresca, cortada en rodajas de medio centímetros de grosor, aproximadamente. Y cubriendo casi toda la base de la pizza (deja 1-2 centímetros de masa sin relleno (ni salsa de tomate ni mozzarella) para que no se desparramen durante el horneado. Y, sobre todo, escurre muy bien la mozzarella de su suero de conservación, para que no humedezca la masa.