Pariente del pepino y de la calabaza, es barato, nutritivo y muy versátil. Dicen que del cerdo se aprovechan hasta los andares. Pues del calabacín se come hasta su flor. Cocido, salteado, horneado, en crema, a la plancha,... vamos a ver sus posibilidades. Algunas, muy clásicas, como la crema de calabacín o el calabacín relleno. Otras, sorprendentes, como en minisandwiches o en hummus.
El calabacín es una hortaliza que apenas tiene merma. Únicamente la parte dura del extremo que le une a la planta, puesto que su piel no es dura como la de la calabaza; se come y tiene un agradable sabor (además de muchas cualidades nutricionales).
A la hora de comprar busca que sean firmes, de textura compacta, color verde intenso. No te guíes por su rectitud; algunos son muy caprichosos y enrevesados. Elige su tamaño en función de lo que vayas a preparar: si vas a hacer cremas puedes escoger uno de buen tamaño, pero si lo que vas a hacer es rellenarlos te recomiendo que tengan un tamaño más pequeño para las raciones/platos que elabores.
Más que una receta, lo que te dejo a continuación son unas cuantas maneras de prepararlo, disfrutarlo en todo su esplendor y dejar de lado esa mala fama de soso que se le ha adjudicado. Vamos para allá:
1. Tortitas de calabacín
¿Te gusta la tortilla francesa? ¿Sí? Pues perfecto, porque con queso manchego (truco: con un pelador podéis sacar unas tiras que son perfectas para esta elaboración) o queso de cabra, unas láminas doraditas de calabacín a la plancha y con un par de huevos batidos podemos preparar una tortilla muy sabrosa y jugosa.
2. Crema de calabacín
Si eres fan de las cremas, el calabacín tiene también mucho que decir. Cógelo, lávalo, trocéalo no muy pequeño y haz lo mismo con un par de patatas (estas sí, pélalas), un par de zanahorias, rehógalas en una cazuela grande con un chorro de aceite y, cuando tenga colorcito, añade agua hasta cubrir, sal, pimienta. Luego, cuécelo hasta que la patata esté hecha, esté blandita.
Luego tritura y disfruta esta crema ligeramente tibia o directamente fría, que es un gustazo en los meses de calor. Si quieres darle un plus a tu crema de calabacín, puedes hacer un crujiente de queso, o añadirle unas colas de gamba o langostino a la plancha, unos taquitos de jamón ibérico o de cebolla frita...
3. Bocados de calabacín con jamón y queso
Una de las maneras que mi abuela tenía de prepararlo era haciendo unos pequeños bocados con jamón y queso. Entre dos láminas no muy gruesas de calabacín colocaba jamón cocido y queso, salpimentaba, lo pasaba por harina y huevo, y lo freía. Suena bien, ¿verdad? Créeme, sabe mejor aún.
4. Calabacín salteado con verduras
Además de todo lo anterior, el calabacín acepta ser salteado fuerte y brevemente, para que quede sabroso y no pierda todo su jugo. ¿Y con qué podemos saltearlo? Una idea: con arroz blanco ya cocido, tomares cherrys, gambas y algo de salsa de soja.
5. Pasta de calabacín
Si tienes una de esas máquinas que hacen espaguetis todo lo que tocan, el calabacín será un imprescindible junto a ese artefacto, y es además una manera interesante y diferente de acercar las verduras al público infantil.
Prepáralo como si fuera un wok: cocción breve y fuego fuerte para que conserve textura y propiedades y no se convierta en una pasta nada apetecible. Puedes enriquecer los espaguetis de calabacín con muchos otros ingredientes, como con gambas, con tomatitos y menta o con un delicioso revuelto de setas.
6. Calabacín relleno
Un clásico donde los haya de las verduras rellenas es el calabacín. Puedes prepararlo como barquitas, cortándolo por la mitad en horizontal, o como tubitos, puestos en vertical. ¿El relleno? Admite de todo: mariscos, verduras, carne, quesos... ¡tú eliges!
7. Hummus de calabacín
Si creías que el hummus solo podía prepararse con garbanzos... ¡estabas equivocado! Aquí te proponemos un hummus de calabacín, supersencillo de preparar, que puedes tomar con bastoncitos de crudités de verduras o con palitos de pan o tostadas. También podrás enriquecer tus sándwiches con este hummus, darles un plus de sabor y también añadir nutrientes y fibra.
8. Chips de calabacín
Las chips de verduras están más de moda que nunca. Como aperitivos, como guarnición para platos de carne y pescado, como tentempié saludable... Las hortalizas que más se prestan a ser cocinadas como chips son la remolacha, la zanahoria, el nabo, la chirivía, el boniato... y, por supuesto, el calabacín.
El truco consiste en cortarlo en láminas muy muy finas, para que luego las chips queden bien crujientes. Luego, puedes cocinarlas fritas o también al horno. Antes de servir, espolvorea con sal, pimienta y, si te gusta, pimentón dulce o picante.
9. Tarta salada de calabacín
Esta verdura es ideal también para preparar una tarta salada tipo quiche, con su relleno de huevos, queso y, por supuesto, calabacín. La tarta de la foto se prepara con masa filo, pero con una masa brisa (puedes comprarla en el súper, no pasa nada) también queda deliciosa.
10. Gazpacho de calabacín
¿Gazpacho de calabacín? Sí, sí, has leído bien. Lleva calabacín y albahaca como ingredientes principales, pero también tiene pepino, pimiento verde, cebolla, ajo… Un chute de nutrientes que te va a ayudar a soportar el calor este verano.
Y que, además, está muy bueno. Así puedes alternarlo con el gazpacho tradicional y otras sopas que se toman frías como el salmorejo, el ajoblanco o la vichyssoise.