1. Croquetas insulsas: ¿cómo hacer que queden más sabrosas?
Está claro que la bechamel es básica para hacer la masa de las croquetas. Pero el sabor lo dan los demás ingredientes: pollo, jamón, cocido, quesos, verduras... Así que es importante encontrar una proporción correcta entre bechamel/demás ingredientes. Si hay un exceso de bechamel, el sabor de los otros ingredientes pasará más desapercibido: las croquetas solo tendrán sabor a bechamel.
2. Sabor a harina: ¿cómo puedes evitarlo?
Que tus croquetas tengan sabor a harina cruda puede ser por dos motivos. Uno, que no hayas tostado bien la harina con la mantequilla al hacer la bechamel. Tiene que quedar de un tono rubio antes de añadir la leche. Dos, que las hayas enharinado excesivamente antes de pasarlas por huevo batido y pan rallado. Si las pasas por harina de trigo antes del huevo batido –algo que no es imprescindible–, que sea solo una capa muy fina. Mucha harina podría desmejorar el sabor de tus croquetas.
3. No consigo darles forma: ¿por qué se me pega la masa a las manos?
Que se te pegue un poco la masa en las manos es totalmente normal, aunque puedes evitarlo un poco si te enharinas las palmas antes de manipular la masa. De todos modos, si aún así no consigues dar forma a tus croquetas, puede ser que no hayas respetado el tiempo de enfriado de la masa. Algunos la dejan 3 o 4 horas en la nevera, otros toda una noche. Siempre tapada con film a piel (tocando la masa, para que no se reseque la superficie). Pero es importante que la masa esté fría para que coja consistencia y puedas manipularla bien.
4. Quemadas por fuera, frías por dentro: ¿por qué te pasa?
Porque el aceite está demasiado caliente. La temperatura ideal del aceite para freír las croquetas es de 180º. Caliente sí, pero sin que llegue a humear. Solo así conseguirás un exterior dorado y crujiente y un interior suave, meloso y caliente.
5. Muy aceitosas: así puedes evitarlo
Si esperas a que el aceite esté a la temperatura adecuada pero pones demasiado croquetas a la vez en la sartén, el aceite se enfriará irremediablemente y las croquetas absorberán más aceite del necesario. También, cuando las vayas sacando de la sartén, debes dejarlas sobre un papel de cocina absorbente para eliminar el aceite extra. Y cambiarlo tras cada tanda de croquetas, si ya está empapado en aceite, el papel no absorberá más.
6. Poco crujientes: que no te queden blandurrias
Primero, debes servir las croquetas recién hechas. El tiempo es el peor enemigo de un rebozado crujiente. También es un error taparlas (con film, con un plato...) después de freírlas. Porque el calor que emiten se condensará en vapor de agua y las reblandecerá. Tampoco es buena idea tapar la sartén cuando las estés friendo.
7. Duras como una piedra: ¿qué haces mal?
Seguramente has añadido demasiada harina a la masa. Debes tener en cuenta que, aunque recién hecha tenga una consistencia imposible de trabajar para darle forma de croqueta, tras el enfriamiento en la nevera la tendrá más cuerpo. Es un error añadir más harina para conseguir que la textura sea maleable cuando aún está caliente. Lo único que harás es que el relleno quede duro y muy seco.
8. Una bechamel con grumos: ¿por qué te sale así?
Cuando se trata de hacer una bechamel, sea para canelones, croquetas o cualquier otra receta, es importante la temperatura de los ingredientes que se van añadiendo a la salsa. La leche debe estar caliente, y si mezclas otros ingredientes líquidos como caldos o nata, también han de estar calientes. Y por supuesto, al añadir la harina, hazlo poco a poco y si puede ser, tamizada y removiendo con varillas manuales hasta que se haya integrado por completo. En cualquier caso, si ves que aun así te quedan grumos, puedes darle un golpe de batidora. Mira cómo hacer la mejor salsa bechamel.
9. Con mucho sabor a aceite: ¿cómo lo puedes evitar?
Primero, léete el punto número 5, que tiene que ver con la temperatura del aceite al freír las croquetas. Pero si eso lo has hecho bien, quizás el problema es el tipo de aceite que has utilizado. Los grandes chefs recomiendan utilizar un aceite de oliva suave o uno de girasol, pero nunca un aceite de oliva virgen extra, porque tiene un sabor más potente y podría enmascarar el sabor de las croquetas.
10. Se desparraman al freírlas: ¿qué haces mal?
Si tus croquetas se abren al freírlas y pierden todo su relleno en la sartén, puede ser por dos motivos. El principal, que el aceite no esté a la temperatura adecuada, es decir, que esté demasiado frío. Entonces, no se crea la película tostada del rebozado. También puede pasar algo similar si pones demasiadas croquetas a la vez en la sartén, sobre todo si están congeladas: la temperatura del aceite bajará y no se freirán bien.