Este postre tradicional que siempre hemos visto hacer a nuestras abuelas no es tan complicado de preparar, pero sí es cierto que hay ciertos determinantes que podrían hacer que tu flan casero sea un auténtico desastre. Con unos cuantos ingredientes muy comunes se hace la receta clásica a base de huevos, leche y azúcar. Si quieres hacer un flan casero perfecto, estos son los 10 errores que no debes cometer:
1. Elegir un azúcar inadecuado
Si quieres un flan de huevo 100% artesanal, lo primero que tienes que hacer es el caramelo. Para ello es imprescindible que utilices azúcar blanquilla, ya que si utilizas azúcar moreno se quemará con más facilidad y el caramelo podría quedar amargo. Tampoco utilices otros edulcorantes como la sacarina o la stevia, no caramelizarán igual de bien. Calcula la cantidad correcta de azúcar contando con 100 g para cada tres flanes.
2. Hacer mal el caramelo
Cuando tengas al fuego la pasta de agua y azúcar, recuerda mantener la temperatura al mínimo y mover suavemente el cazo para que se cocine de manera uniforme, nunca lo hagas en el microondas. Vigila la cocción a fuego lento hasta que el color del caramelo se vuelva de una tonalidad dorada. Cuando esté listo viértelo con cuidado en el fondo de cada una de las flaneras.
3. Elegir una leche inapropiada
La mejor leche que podemos utilizar es la leche entera, la de siempre. Es cierto que en muchas recetas de flanes se utiliza la leche condensada o evaporada, pero al utilizarla hay que moderar la cantidad de azúcar o el flan quedará demasiado dulce y empalagoso. Además debemos tener en cuenta la consistencia de ambas, ya que podría afectar a la textura que buscamos en el flan de huevo tradicional.
4. Equivocarte midiendo las cantidades
El equilibrio entre la cantidad de cada ingrediente es una de las claves para conseguir un flan casero perfecto. Para hacer 6 flanes necesitarás 2 yemas, 2 huevos enteros, 50 gramos de azúcar y 250 gramos de leche.
La matemática es simple, debe haber más yemas que claras para que el flan quede con la textura cremosa ideal. Esa es la razón de que cada vez en más recetas solo se utilice la yema.
5. Utilizar un robot de cocina para batir la mezcla
Tendrás que batir los huevos junto con las yemas y el azúcar con ayuda de unas varillas 1 minuto. Debes disolver bien el azúcar para evitar que queden grumos en la mezcla. No utilices el robot de cocina para hacer la mezcla, porque si lo haces te quedará una mezcla muy aireada y aparecerá una capa gruesa de espuma sobre los flanes, que después se cuajará. Después tendrás que verter poco a poco la leche caliente sobre la mezcla sin dejar de mover.
6. Infusionar los aromatizantes en el momento inoportuno
Si quieres aromatizar tu flan con un poco de ralladura de limón o unas gotas de esencia de vainilla nunca lo hagas al caramelizar el azúcar. Si lo haces en ese momento, al estar la temperatura demasiado alta se quemarían.
Del mismo modo debes evitar añadir los aromatizantes a la mezcla de huevo y azúcar. El mejor momento para aromatizar es añadir la ralladura de limón o la vainilla al calentar la leche, de forma que se infusionen lentamente.
7. Preparar mal el baño maría
Cuando hayas vertido la mezcla en las flaneras con las bases cubiertas de caramelo líquido, tendrás que introducirlas en una bandeja con agua para la cocción al baño maría. Una vez extendidas todas las flaneras sobre la fuente, deberás llenar de agua la fuente hasta que ésta cubra la mitad de los moldes, así conseguirás una cocción uniforme en cada uno de los flanes.
8. Pasarse en la cocción de los flanes
Uno de los factores más importantes que debes tener en cuenta en casi todas las recetas son los tiempos de cocción. Esto puede marcar la diferencia en el resultado final y hacer que el postre sea un éxito o un desastre. Para conseguir un flan de huevo casero perfecto tendrás que precalentar el horno a 150ºC y cocer los flanes al baño maría 35 minutos exactos. Tendrás un flan consistente y cremoso.
9. Hacer demasiada cantidad y dejarlos guardados en la nevera
Aconsejamos hacer la cantidad justa para consumirlos frescos, es decir, al día siguiente o al cabo de unas horas, para que hayan cogido el frío necesario. Aunque es cierto que podemos hacer algo más de cantidad y almacenarlos en la nevera ya que aguantarán varios días, no es lo más aconsejable. Los flanes están en su punto óptimo al momento, y es que cuando pasan varios días en la nevera van perdiendo sabor y consistencia.
10. Desmoldarlo antes de tiempo
Una vez hayas sacado los flanes del horno, debes dejarlos enfriar a temperatura ambiente dentro de los moldes unos 15 minutos. Pasado el tiempo, guarda los moldes en la nevera un par de horas antes de consumirlos. Si tratas de desmoldarlos en caliente, seguramente se romperán.
Así asegurarás que la textura del flan quede compacta. Después, desmoldar los flanes es tan sencillo como pasar un cuchillo por los bordes y darles la vuelta.