Imposible imaginarse la gastronomía china, coreana y japonesa sin su salsa de soja ni su aceite de sésamo . Estos dos ingredientes combinados forman un tándem espectacular capaz de trasladarnos a Asia en un solo bocado y de animar instantáneamente insípidos platos de arroz, fideos, carne, pescado o verduras. En esta receta, usamos uno de los aliños más representativos del continente asiático para aderezar y macerar una ensalada de judías verdes ligeramente escaldadas, zanahorias , pepinos y pimientos crudos. La elaboración es sencillísima y el resultado, exquisito. Un plato ideal para dietas vegetarianas y veganas. Con un botecito de salsa de soja y otro de aceite de sésamo en la despensa, podrás darle un giro oriental a casi cualquier plato. El primero, hecho con semillas fermentadas de soja, es el condimento imprescindible para acompañar sushi y tempura, pero también se puede usar en adobos, vinagretas y como sustitutivo de la sal. El segundo, elaborado con semillas crudas o tostadas de sésamo, se emplea siempre en pequeñas cantidades y como toque final. Si te sobra aderezo, úsalo para realzar el sabor del sésamo en esta sencilla ensalada de lechuga, limón y semillas o para animar un wok de arroz basmati o un tataki de atún . Variantes de la ensalada oriental de verduras Para dulcificar el aliño, añade una cucharadita de miel y remueve con un tenedor hasta disolverla. Para darle un toque punzante, agrega una pizca de jengibre molido. Y para que quede más ácido, un chorrito de zumo de lima o limón. Si no tienes semillas de sésamo, sustitúyelas por pipas o cualquier otro fruto seco picado. Aprovecha las sobras para elaborar un completo plato de arroz blanco o fideos.