De apariencia sofisticada , pero de elaboración sencilla , este plato se prepara con pocos ingredientes y en menos de 25 minutos, y el resultado es espectacular . En pocas palabras, es la ensalada perfecta para impresionar a tus comensales. Para montar la nata líquida de la mousse con facilidad, usa una que tenga como mínimo un 35% de materia grasa. Es importante que tanto la nata como el cuenco y las varillas que vayas a usar estén muy frías. Antes de empezar a montarla, mete en el congelador los utensilios durante 20-30 minutos y la nata durante 5-10 minutos. Es recomendable usar cuencos de metal o vidrio, y no de plástico, porque se enfrían más. Si montarla manualmente te parece engorroso, añádele un sobrecito de estabilizante de nata. Y si no tienes tiempo, cómprala ya montada, pero que no sea de spray porque baja en pocos segundos y pierde su textura. Prueba los mejillones en tempura con espuma de tomate , las patatas con mejillones con salsa de yogur y menta y las croquetas de mejillones y disfruta de la combinación mejillones-lácteos. Variantes de los mejillones con mousse de ventresca: Si añades media cucharadita de mostaza a la antigua a la mousse intensificarás el sabor del plato. Agrega un poquito de piel rallada de limón a la nata y le darás un toque cítrico a la receta. Para una versión más ligera de la mousse, sustituye la nata líquida por queso quark batido. Si no tienes perejil o quieres cambiar su sabor tradicional por uno más vanguardista, utiliza eneldo fresco en su lugar.