Bacalao y naranja, puede sonar raro pero es una de esas combinaciones que en cuanto las pruebas, enganchan. Además de para hacer esta deliciosa ensalada puedes utilizarla en otras elaboraciones más o menos sencillas (unos canapés con ambos pueden hacerte triunfar entre tus invitados). La suma de las aceitunas negras completa esta sencilla ensalada que se hace en un pispás una vez que tienes el bacalao confitado. Seguramente ese sea el paso, el de confitar el bacalao , el que más imponga pero tampoco tiene mucho misterio porque se hace en nada de tiempo. Debes tener el pescado bien limpio y seco, cortado en dados y en una cacerola baja. Después, solo tienes que cubrirlo con un aceite de oliva virgen extra, añadir aromatizantes como el ajo o el laurel si te apetece y guindilla si te gusta que tenga un puntito picante, y dejarlo al fuego hasta que el aceite rompa a hervir. Justo en ese momento lo apartas del fuego y lo dejas sumergido en ese mismo aceite hasta que vayas a incorporarlo a la ensalada. Compra las aceitunas negras ya deshuesadas para que tu ensalada sea más fácil de comer. Consejos Si usas bacalao desmigado en crudo, sin confitar, el plato será más ligero y ahorrarás tiempo en la preparación. Solo tienes que tener la precaución de haberlo tenido congelado durante al menos una semana. Pelar la naranja a lo vivo es ideal para este tipo de recetas en las que no vamos a querer encontrarnos partes blancas en boca por nada del mundo. Solo tienes que cortar los extremos, apoyar la naranja en la tabla y con un cuchillo retirar toda la piel, parte blanca incluída sin llevarte por delante demasiada pulpa. ¿Te has olvidado de la cebolleta? No pasa nada nada, puedes utilizar cebollas pero antes quítales un poco de fuerza sumergiéndolas en agua con un chorrito de vinagre una vez que las tengas limpias y cortadas. Otra opción es utilizar bulbos de hinojo cortados muy finitos, con estos ingredientes también quedan espectaculares.