Cremosas por dentro y crujientes por fuera, estas deliciosas croquetas combinan la suavidad del calabacín y de la bechamel , la intensidad del queso y el sabor robusto y a la vez dulzón de la albahaca . La clave para que las croquetas te queden siempre exquisitas está en la bechamel. Es importante que añadas la harina cuando la mantequilla está totalmente fundida y que no dejes de remover durante su elaboración. Asimismo, el relleno tiene que ser cremoso, pero, a la vez, debe tener cierta consistencia. Para conseguir su punto perfecto, añade la leche a la bechamel poco a poco. Lo mejor de las croquetas es la versatilidad de sus rellenos. Se puede usar prácticamente cualquier ingrediente. Las croquetas de berenjenas y queso brie , las croquetas de rape y langostinos , las croquetas de espinacas, queso, piñones y jamón ibérico , las croquetas de boletus y foie y las croquetas de bacalao son buenos ejemplos de ello. Variantes de las croquetas de queso y calabacín: La albahaca es intercambiable por cualquier otra hierba aromática; perejil, salvia, cebollino, etc. En caso de no tener gruyere, usa cualquier otro queso que sea fundente. Si quieres aumentar la presencia de verduras, sofríe cebolla y zanahoria picada junto con el ajo y el calabacín.