Una crema de verduras siempre es una buena opción sobre todo para esas cenas invernales en las que nos apetece algo calentito pero no tenemos muchas ganas de cocinar. La hacemos de calabaza , de setas y hasta de remolacha pero ¿laguna vez la has hecho de lechuga? Resulta superligera y además es sencillísima de preparar. Lo primero es partir de un sofrito de cebolla. Luego añadimos unas patatas y la lechuga y dejamos que se doren ligeramente antes de cocerlas en agua o en caldo. Este paso es fundamental para potenciar el sabor de la crema. Queda mucho más rica que si solo se cuecen. Una vez las patatas estén tiernas podemos retirar un poco del caldo para luego poder regular mejor el espesor que queramos darle a nuestra crema. Para acabar, trituramos, colamos, salpimentamos y añadimos la espirulina. Este polvo de algas se utiliza como suplemento alimenticio en muchos casos. Tiene un alto contenido en nutrientes, sobre todo en proteínas, vitaminas y minerales y además tiene un importante efecto saciante . No tiene un sabor demasiado llamativo, simplemente es un poco salada así que ojo con la cantidad de sal que agregamos al plato. Siempre es mejor no pasarnos para poderlo rectificar después si es necesario. Consejos: Las nueces, si lo prefieres, puedes pasarlas por una sartén sin aceite o dejarlas unos minutos en el horno para que se tuesten un poco y adquieran algo más de sabor. También puedes cambiarla por cualquier otro fruto seco que puedas comprar ya tostado (pero sin sal) como las avellanas o los anacardos y trocearlos un poco antes de añadirlos a la crema.