Las cookies son probablemente las galletas más famosas de Estados Unidos y unas de las más populares del mundo entero. Pues, al parecer fueron fruto de una equivocación. Su inventora, según cuenta la leyenda, fue la propietaria de un restaurante en Massachusetts, Ruth Wakefield, quien un día se quedó sin chocolate en polvo para hacer unas galletas de mantequilla con chocolate y usó chocolate troceado pensando que se fundiría durante el horneado. Pero no fue así, los trocitos de chocolate permanecieron enteras dentro de la masa de las galletas y, lejos de disgustar a sus comensales, gustaron tanto que la gente empezó a copiar la receta dando lugar a las cookies que conocemos hoy en día. Trucos para sacar más partido a las cookies Preparativos previos. Para que salgan perfectas, saca todos los ingredientes de la nevera y la despensa un rato antes para que esté a temperatura ambiente en el momento de manipularlos. Mantequilla en su punto. Tiene que estar a temperatura ambiente, pero no súper blanda o en pomada. Basta con que la saques de la nevera una media hora antes de la preparación; de modo que al presionarla con el dedo cede un poco. No te pases con el amasado . Mezcla los ingredientes sin excederte en el batido o el amasado. El objetivo es no dar demasiada calor a la mantequilla para evitar que se derrita en el horno. Por eso, se introducen en el frigorífico antes de hornearlas. Para que vuelvan a coger consistencia. Alternativa a las pepitas. Si no tienes pepitas de chocolate, no uses chocolate fondant o de repostería porque se funde con facilidad y los trocitos de chocolate se integrarán en la mesa. Mejor si usas un chocolate de tableta normal y lo cortas en trocitos no excesivamente pequeños con ayuda de un cuchillo frío y bien afilado. Un plus de chocolate . También puedes hacer las cookies con pepitas de chocolate negro y blanco, o bien mezclar varios tipos de chocolate.