Tiernos calamares , sabrosas gambas , guisantes , alcachofas ..., cuando un guiso lleva ricos ingredientes y es tan sencillo de preparar, el éxito en la mesa está asegurado. Asegúrate que el producto sea de calidad, los calamares deben estar bien frescos y para ello debes fijarte en que la carne esté firme, que la piel sea transparente dejando ver un color blanco nacarado y que tengan los ojos brillantes. Hay veces en que pueden darte gato por liebre, o mejor dicho, pota por calamar. Aunque son similares, la pota tiene una textura y sabor más rudos y reconocerás la diferencia por las aletas, las del calamar ocupan casi todo el largo del cuerpo mientras que las de la pota solo una tercera parte. En esta receta hemos utilizado guisantes congelados, pero si es primavera y se hay de temporada , utiliza guisantes frescos , ganarás en sabor y textura. Y si te gustan los calamares, prueba estas recetas clásicas, los calamares rellenos , un arroz con calamares , y la reina de las tapas, los calamares a la romana . Cómo limpiar los calamares Corta las patas con ayuda de unas tijeras y presiona en la parte central de las patas hacia afuera para retirar la boca. Para limpiar el cuerpo, retira el contenido tirando de él sin olvidarnos del trozo rígido transparente que está pegado a la carne del calamar. Enjuaga bajo el grifo. Puedes eliminar la piel para que quede más estético, basta con frotarla suavemente con los dedos, los calamares ganan en sabor si no la retiras y al cocinarse cogerán ese color rojizo tan característico.