Los calamares rellenos son uno de los platos más populares de la cocina española. Casi todas las familias tienen su propia versión, pero lo más tradicional es que el relleno sea a base de otros productos del mar y de las propias patas del molusco. ¡Del calamar se aprovecha todo! Si buscas darle un toque diferente, te proponemos una receta que une lo mejor de dos mundos: unos calamares rellenos mar y montaña que emparejan este marisco con la carne blanca del cerdo. Así disfrutarás el excelente aporte de proteínas de buena calidad del calamar con la intensidad de sabores de un guiso muy completo base de carne picada , cebolla, huevo y ajo. Una preparación que además tiene pocas calorías pero advertimos que no podrás evitar mojar pan: la salsa de tomate, pimientos y cebolla aromatizada con azafrán y vino blanco que la acompaña resulta totalmente irresistible. Los calamares son un ingrediente muy versátil. Puedes cocinarlos de manera tradicional en un arroz con calamares al azafrán o siguiendo esta receta de arroz con calamares y gambas. Si no tienes mucho tiempo para cocinar, puedes prepararlos sin complicaciones vuelta y vuelta como estos calamares a la plancha con ensalada de tomate. Los amantes de los platos ligeros disfrutarán de estos calamares a la hortelana acompañados de col china y cebolla morada. Y los que prefieran un tentempié con un toque sofisticado estarán encantados con este bocadillo de calamares con alioli de ajo asado. Cómo preparar bien los calamares: Cuando vayas a la pescadería, descarta los ejemplares más pequeños, ya que son difíciles de rellenar. Escoge los que midan al menos 10 cm. Para preparar el calamar, introduce un dedo en la bolsa y separa las patas y vísceras tirando de ellas con suavidad. Separa los tentáculos cortando con unas tijeras a la altura de los ojos. Si limpiar los calamares se te hace cuesta arriba, puedes pedirle a tu pescadero que te los limpie él. Retira también la piel oscura que recubre la bolsa del calamar y elimina la pluma o parte dura y plana que da soporte a su estructura. Limpia bien todas las partes bajo un chorro de agua fría. No te olvides de dar la vuelta a la bolsa como si fuera un calcetín. Seca bien con un paño limpio. Aunque no las vayas a aprovechar en esta ocasión, no deseches las bolsas de tinta de los calamares. Si las congelas, te servirán otro día para preparar un arroz negro o una fideuá negra.