Hay multitud de recetas de bizcochos que incluyen fruta pero habitualmente suelen llevarla cortada en trocitos o decorando la superficie. Lo que hace a este especial es que lleva los melocotones en la base. Esto, además de ser una opción muy original, nos permitirá sorprender a nuestros comensales con algo que no pueden apreciar a simple vista. Los melocotones son una opción de lo más apetecible pero no están disponibles todo el año. Por eso, para esta receta puedes sustituirlos por manzanas o peras. Las almendras también les van de maravilla y se consiguen más fácilmente a lo largo de todo el año. No obstante, en verano también puedes usar otras frutas como los paraguayos o los albaricoques. Elijas las que elijas, es mejor que estén un pelín pasadas a que estén verdes. Lo más interesante para este tipo de elaboraciones es que la fruta esté blandita y muy sabrosa. Tanto los melocotones amarillos como los rojos sirven por igual para este bizcocho. En la receta que te proponemos no se indica que haya que pelar los melocotones pero si no te gusta la piel, no lo dudes y pélalos. El resultado será el mismo y para algunas personas puede resultar incluso más agradable de comer. Consejos para el bizcocho esponjoso con melocotón Si te apetece puedes poner también otra capa de melocotón en la superficie del bizcocho, esto aumentará en gran medida su jugosidad y le dará un toque dulce todavía más potente. Para que te quede brillante esta capa superior, una vez horneado, pincélala con almíbar o mermelada ligeramente diluida en agua. Para que el bizcocho quede todavía más esponjoso, puedes añadir un chorrito de leche a la masa y remover bien para que se integre. Si no encuentras almendras fileteadas siempre puedes comprarlas enteras y, en lugar de esparcirlas por la superficie del bizcocho una vez horneado, incluirlas en la masa para que queden por dentro y se hagan a la vez que el resto del bizcocho.