El besugo es uno de esos pescados que tenemos la suerte de comer solo de cuando en cuando. Así que si algún día nos animamos a hacerlo mejor que quede espectacular. Siempre puedes asarlo sin más pero si quieres conseguir un plato más elaborado pero que deje que el productazo que tenemos entre manos brille, esta receta puede ser una buenísima opción. Lo hemos preparado al horno, sí, pero con una costra de pan rallado, ajo y perejil y unas base de puré de tomate. También tiene un toque de limón y de vino. De esta manera queda superjugoso y tiene un sabor mucho más llamativo que si lo hiciéramos solo son aceite y sal. No obstante, siempre podemos acompañarlo de otras elaboraciones como unas patatas asadas o, si te apetece innovar un poco más y es temporada, unas batatas. Este plato puede ser una cena estupenda para un día especial o incluso lo puedes servir en fechas señaladas como la Navidad. El besugo es un pescado delicioso y muy apreciado y en las vísperas de las fiestas suele subir bastante de precio. Aprovecha para comprarlo uno o dos meses antes y congelarlo para que te salga más barato. Luego descongélalo lentamente en la nevera para que mantenga su textura. Consejos: ¿No eres amigo del ajo? El truco de retirar el germen del interior para que no repita es un mito así que si tienes cierta sensibilidad a este condimento te recomendamos que o prescindas totalmente de él, distribuyas varios dientes enteros por la bandeja del horno y luego los retires o que uses la versión en polvo, que es mucho más suave. Puedes ahorrarte el paso previo de escaldar los tomates si tienes un buen pelador específico para este tipo de fruta o tienes cierta habilidad con el cuchillo y se te da bien pelarlos. Escaldar solo sirve, en este caso, para retirar la piel más fácilmente, pero a veces puede resultar incluso más sencillo si lo hacemos de forma directa.