¿Cómo se consigue que un arroz quede con una textura melosa? Removiendo sin parar durante toda la cocción, igual que hacemos con los risottos . Esto se debe a que el movimiento constante libera el almidón que tiene el arroz y que es el responsable de que en lugar de suelto quede con esta textura tan apetitosa. Para hacerlo, como para casi todas las recetas de arroz , debemos partir de un buen caldo. En este caso los primeros en pasar por la sartén son las cáscaras y las cabezas de las gambas a las que hay que dar una vuelta para que suelten sus jugos y luego lo impregnen todo de sabor. Después se agrega el vino y el caldo de pescado que adquiere una nueva dimensión gracias al marisco. El sofrito es también muy importante. Empezamos haciendo el marisco y tras retirarlo, cocinamos los ingredientes básicos: la cebolla, el ajo y el puerro y por último el tomate rallado. Una vez que están rehogados solo hay que sumar el arroz, tostarlo un poco y cocinarlo con el caldo sin parar de remover. En el último momento se agregan las gambas y el cebollino. Una delicia. Consejos: ¿Quieres convertirlo en un risotto ? Muy fácil, cuando acabes de cocinar el arroz añade una buena cantidad de queso parmesano y un poco de mantequilla y tendrá un sabor cargado de matices que te trasladará a Italia en un pispás. Puedes combinar distintos tipos de marisco e incluso añadir unas setas para convertirlo en un mar y monte.