El calabacín es una de las hortalizas más versátiles que existen. No solo es económico y se conserva genial durante días, sino que es muy ligero, delicioso y permite muchísimas preparaciones . Esta receta lo demuestra: unos canelones de calabacín y gambas para chuparse los dedos, que se preparan en 30 minutos más o menos. ¿A que no lo parece? El truco está en olvidarse de preparaciones complicadas, como por ejemplo la clásica salsa bechamel que suele utilizarse en este tipo de recetas. En su lugar hemos utilizado queso crema suave, que ayuda a dar al relleno una textura untuosa sin tapar los delicados sabores de las gambas y las verduras. El resultado es un plato facilísimo, ideal para cualquier celebración o comida con invitados. Los ingredientes se cocinan muy rápido y quedan riquísimos sin apenas elaboración. El único paso que puede resultar algo complicado (si no tienes una mandolina) es cortar el calabacín en láminas. Pero si te haces con un cuchillo bien afilado y vas poco a poco, no te costará demasiado. ¿Lo ves muy lioso? Siempre puedes utilizar canelones de pasta; también quedan genial. Y si te gusta la idea, no te pierdas estas igualmente sencillas: unos canelones de calabacín rellenos de arroz con alcachofas , unos rollitos fáciles con pollo y espárragos y este impresionante rollo de calabacín con pesto cremoso . ¡Todas están buenísimas! Prepara unos canelones de calabacín y gambas paso a paso Tres, dos, uno... ¡A cocinar! Vamos a ver cómo hacer estos canelones, tan ligeros como ricos, en muy poco tiempo. Una idea que te sacará de apuros cuando no sepas qué preparar para la próxima cena con los amigos o la familia. Canelones de calabacín y gambas Para 4 personas Ingredientes 2 calabacines grandes y frescos 2 puerros 2 dientes de ajo Aceite de oliva 1 tarrina de queso crema suave (300 g) 200 g de setas o champiñones 24 gambas crudas (o 12 langostinos) Queso rallado Sal Paso a paso Limpia los calabacines y haz láminas Quita los extremos de cada calabacín y lávalos bien. Con la mandolina o un cuchillo bien afilado, corta láminas de unos 5 mm de espesor. Reserva las más grandes y que estén más enteras; necesitaremos 3-4 láminas por persona. El resto, pícalas en trozos no muy pequeños. Prepara y rehoga las verduras Pica los ajos y los puerros. En una sartén, rehógalos con un chorrito de aceite de oliva hasta que empiecen a dorarse, a fuego medio-bajo. Añade el calabacín y las setas o champiñones, limpios y laminados. Cuando estén pochados, agrega las gambas enteras (si utilizas langostinos, córtalos por la mitad). Sube el fuego y saltea todo hasta que las gambas se vuelvan opacas. Termina el relleno Incorpora el queso crema y mueve todo con una cuchara de madera o una espátula. A medida que se vaya calentando, el queso se fundirá y cogerá una textura parecida a la de una salsa. Quita la sartén del fuego, pasa el relleno a un bol y límpiala bien. Saltea las láminas de calabacín En la misma sartén, pon unas gotas de aceite de oliva. Caliéntala a fuego fuerte; cuando esté bien caliente, pon las láminas de calabacín que has reservado antes. Deja que se hagan hasta que se ablanden y dales la vuelta. Cuando empiecen a coger color, pásalas a un plato. Monta los canelones Extiende una lámina y pon una buena cantidad de relleno en el centro. Dobla los extremos y móntalos uno sobre otro. Con una espátula, dale la vuelta al rollito y ponlo en una fuente de horno (con la unión de los extremos hacia abajo). Repite la operación con todas las láminas, hasta terminarlas. Reparte bien el relleno para que los canelones queden uniformes. Gratina... ¡Y a comer! Precalienta el gratinador del horno (calor arriba) a 220-230 grados. Cubre los canelones con queso rallado y mételos en el horno, en la parte superior. Gratina unos minutos, hasta que el queso se funda y quede bien dorado. Sirve los canelones con una ensalada de tomate, orégano, sal y aceite de oliva para darles un toque fresco.