A pesar de su simplicidad, estas sofisticadas tartaletas contienen un juego de distintos sabores y texturas que hace que sean deliciosas ; la ligereza de la masa de filo contrasta muy bien con la mantecosidad de la crema y el crujiente de los piñones, y el dulzor de los arándanos combina con mucha armonía con el agridulce de las frambuesas. Pero no solo es una receta sencilla, también es muy versátil ya que los frutos rojos son sustituibles por cualquier otra fruta de temporada. Así, en invierno, estas tartaletas se pueden hacer con daditos de pera y manzana y en verano con cerezas y fresas y para su versión tropical se puede emplear mango, piña y papaya, por ejemplo. ¿Te apasionan las tartaletas dulces? Prueba las tartaletas de mango y chocolate blanco con frambuesas , chocotartaletas de mandarina , tartaletas de bizcocho y mermelada de limón , tartaletas de nata con gelatina de fresa y pistachos y las tartaletas de piña deshidratada rellenas con crema catalana . ¡No te defraudarán! Variantes de pasta filo con crema y frutos rojos: Los piñones son reemplazables por cualquier otro fruto seco; nueces, pistachos, avellanas, almendras, etc. Para intensificar la presencia cítrica, ralla un poco de piel de limón (solo la parte amarilla) y mézclala con los frutos rojos. Como toque decorativo final, coloca una hoja de menta encima de cada tartaleta antes de servirlas.