¿Buscas una receta que te haga quedar como un auténtico chef pero que no conlleve demasiado esfuerzo? Has dado con la solución porque estos solomillos parecen muy elaborados pero en realidad son aptos para cualquiera que se inicie en la cocina. No tienen ningún misterio. Y es que cocinarlos es tan fácil como saber encender la plancha y poner en marcha el horno. Incluso los acompañamientos son sencillísimos de hacer. Solo hay que cocer unas zanahorias y saltear unas setas . Vaya, que se tarda más en limpiar y trocear los ingredientes que en cocinarlos. El secreto de esta receta es lo bien que combinan los sabores de sus tres componentes. El solomillo de cerdo es una carne muy suave que suele ir especialmente bien con toques dulces como los de la zanahoria. El toque exótico lo ponen las setas shiitake que aunque son típicas de la cocina asiática, se pueden encontrar en casi cualquier supermercado, y también combinan genial con la carne. Por lo demás, el único esfuerzo que tendrás que hacer será dar con el punto de sal que les guste a tus invitados porque no tiene más misterio. Eso sí, seguro que luego todos te piden la receta. Consejos: La mayoría de nosotros limpia, por sistema, las setas debajo del grifo cuando no es la mejor opción. Haz esto solo cuando te encuentres unas que estén especialmente sucias. Para el resto, lo mejor es limpiarlas con un paño húmedo. De esta manera evitamos que llenen de agua y que al cocinarlas adquieran una textura distinta y menos agradable. ¿No eres muy fan de la zanahoria? Puedes cambiarla por calabaza, por ejemplo, cuando esté en temporada. También aporta un toque dulce y el contraste de color que se consigue es igual de bonito. El boniato también es una opción estupenda y por supuesto, puedes recurrir a un clásico puré de patatas si tus invitados no son muy amigos de los contrastes.