Esta modalidad de risotto no hace falta que te explicamos de dónde procede, porque ha conservado el topónimo. El "risotto alla milanese" se toma en toda la zona de la Lombardía italiana y, desde hace años, en medio mundo. En sus orígenes era un plato hecho solo con 3 ingredientes, pero con el paso del tiempo se han ido añadiendo otros, como el queso , la mantequilla o el vino Marsala, o vino blanco fuera de sus fronteras. En la tradición gastronómica de Milán era el acompañanante del ossobuco . La elaboración es sencilla, pero como todos los platos precisan de mimo. Primero se pocha la cebolla antes de incluir el arroz, que luego se riega con el vino blanco y después con el caldo caliente . Es un risotto que debe quedar muy cremoso . Si te gusta la textura del risotto y quieres alguna variante con productos autóctonos, pruébalo con Idiazábal y jamón o acompañando unas costillas de cabrito . Y, para sorprender con un toque gourmet, el risotto de boletus con trufa . Cómo hacer un risotto a la milanesa perfecto El arroz. Lo primero es elegir una variante de arroz idónea para el risotto. En este caso hemos utilizado arroz arborio. Para este plato también se puede usar carnaroli. El azafrán. Antes de desleírlo en el caldo caliente puedes tostarlo un poco para que tenga aún más sabor. Mete las hebras en un paquetito de papel de aluminio y pásalo por el quemador del fuego unos segundos. El vino. Si quieres hacerlo con ingredientes típicos de Milán, busca un vino Marsala. Si no, elige un buen vino blanco autóctono. Pero nunca uno de poca calidad. La cebolla. Tienes que cortarla muy fina, para que no se note prácticamente al paladar pero sí quede su sabor. Hay que pocharla a fuego lento unos 15 minutos. El parmesano. Compra una cuña y rállalo al momento con un rallador de orificios gruesos. El caldo. Es una de las máximas del risotto: ir añadiendo el caldo caliente y remover constantemente.