La receta de la fondue de queso auténtica, como la hacen en Suiza

Hoy te traemos un plato para amantes del queso. Una de las recetas más emblemáticas de la gastronomía suiza, la fondue de queso, una marmita de queso caliente fundido en la que se bañan trozos de pan de pueblo tostado

Cristina Alvarez, directora de Cocina Fácil
Cristina Alvarez

Directora de Cocina Fácil y periodista especializada en gastronomía

Fondue de queso
Istock
40 min

5

(4 votos)

Dieta:

Mediterránea

Temporada:

Invierno

Otoño

Tipo Plato:

Segundos platos y platos principales

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Nuestra receta de hoy es una auténtica fiesta. Un plato muy fácil de preparar e ideal para compartir, que se convierte en todo un ritual cuando lo llevamos a la mesa. Estamos hablando de la fondue de queso, sin duda uno de los platos más tradicionales y característicos de la gastronomía suiza.

Aunque no está claro si el origen de la fondue de queso es suizo, francés o italiano, de lo que no hay duda es de que esta receta nació en los Alpes, donde los pastores preparaban una elaboración similar (aunque mucho más rudimentaria) para alimentarse durante sus estancias en las montañas.

Los montañeses disponían de pocos alimentos, pero en su zurrón solían llevar queso y pan, así que calentaban el queso para que estuviera un poco más blando y a la vez caliente, así soportaban mejor el frío.

Lejos de la soledad en la que se degustaba la receta original, hoy en día la fondue de queso es sinónimo de cenas con amigos o en familia, pero siempre para compartir. De hecho, en muchos lugares es la receta oficial con la que se celebra el día de la amistad.

Pero la fondue es más que una simple mezcla de quesos fundidos. Uno de los ingredientes que le da sabor a la elaboración es el alcohol, ya sea vino blanco o, según la elaboración más tradicional, un poco de kirsch o aguardiente de cerezas (tenlo en cuenta si en casa hay niños). También es habitual dar sabor a la fondue con un poco de nuez moscada y pimienta negra, y se suele restregar un ajo en el recipiente donde se funden los quesos.

Para mojar en ese queso fundido, el acompañamiento tradicional son unos dados de pan de pueblo con mucha miga y, a poder ser, de corteza gruesa. Lo ideal es tostar el pan, para que resulte más crujiente y para que el queso lo recubra por completo sin romperlo. 

¿Dónde preparar la fondue?

Para preparar la fondue lo primero que necesitarás será un recipiente que sea lo más auténtico posible, lo mejor es que consigas el tradicional caquelon, una cazuela de cerámica, barro cocido o hierro fundido pensada específicamente para hacer fondues.

No vale cualquier cazo o olla, porque luego, para mantener el queso caliente y su textura fundida, deberás poner el caquelon sobre un hornillo pequeño, una vez en la mesa. Por eso los caquelon suelen disponer de un asa cortita para poderlos transportar sin peligro de quemaduras.

Los caquelon suelen incluir también unas brochetas para poder pinchar el pan (o los ingredientes con los que acompañes la fondue, que también pueden ser verduras u hortalizas, además de carnes o embutidos) e introducirlos en el queso. Estas brochetas acostumbran a tener un color o una marca distintiva entre ellos, para que cada comensal sepa en todo momento cuál es la suya.

Ingredientes paraLa receta de la fondue de queso auténtica, como la hacen en Suiza

  • 250 gramos de queso Vacherin Fribourgeois (puedes sustituirlo por emmental)
  • 250 gramos de queso gruyère
  • 1 diente de ajo
  • 100 mililitros de vino blanco
  • 1 cucharadita de maicena
  • 1 chorrito de leche
  • Nuez moscada
  • Pimienta
  • 1 hogaza de pan de pueblo

1. Prepara el pan

Corta la hogaza de pan en rebanadas gruesas. Luego, corta las rebanadas en tiras y finalmente en dados. Para que el pan esté más crujiente, puedes tostarlo antes de cortarlo en una tostadora, o una vez cortado, darle un toque bajo el grill del horno.

2. Ralla o trocea los quesos

Ralla los quesos y resérvalos en un recipiente hasta el momento de utilizarlos. El queso también puedes agregarlo a la fondue cortado en trocitos pequeños, pero si lo añades ya rallado se fundirá mucho más fácil y rápido.

3. Prepara la marmita

Corta el ajo por la mitad, sin pelarlo, y restriégalo por las paredes y el fondo de la marmita o caquelon, para que se impregne de su sabor. Por supuesto, si no te gusta el ajo, sáltate este paso. Ahora, coloca la marmita sobre el fuego y ponla a calentar. Una vez caliente, vierte el vino blanco hasta que comience a humear.

4. Incorpora el queso

Agrega los quesos rallados a la marmita y baja el fuego a la mitad de su potencia para que el queso se vaya fundiendo poco a poco y no se quemen. Remueve constantemente con una cuchara de madera. Mientras los quesos se funden, diluye la maicena en un chorrito de leche y agrégala a la fondue. Adereza con un poco de pimienta y una pizca de nuez moscada.

5. Lleva la fondue a la mesa

Cuando los quesos se hayan fundido por completo, coloca la fondue en el centro de la mesa sobre su propio soporte y coloca debajo el hornillo a fuego bajo con el objetivo de que la fondue se mantenga caliente y el queso conserve su textura fundida. Sirve la fondue acompañada con el pan de pueblo tostado.

La fondue de queso es una receta calórica y contundente que suele tomarse en los meses más fríos del año. ¡Damos por inaugurada la temporada de fondues!

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