Confiésalo: cada vez que ves la tarta red velvet en la carta de postres de un restaurante te la pides sin dudarlo. Y si tanto te gusta... ¿por qué no te atreves con ella? Seguramente piensas que una tarta tan espectacular solo es apta para pasteleros experimentados, pero no te dejes engañar por su presencia apabullante, la verdad es que es un postre elaborado, sí, pero en absoluto difícil si sigues paso a paso nuestra recetas. Así disfrutarás el doble: cuando la hagas y cuando te la comas. La tarta red velvet o tarta de “terciopelo rojo” debe su nombre a sus dos características principales. Una, la indescriptible suavidad de la crema de queso que une los bizcochos, y dos, el llamativo color de estos, que además son jugosísimos y dulces, con un toque agrio tan sutil como irresistible. En su origen, el tono rojo de los bizcochos era menos intenso, ya que se conseguía de forma natural, añadiendo a la masa remolacha rallada o su jugo. También puedes hacerla de este modo, pero si es tu primera vez y quieres que tu postre atraiga todas las miradas, hazlo con colorante rojo en pasta, como te indicamos en nuestra receta de tarta red velvet con fresa, y sube el tono hasta donde quieras. Si después de hacer esta red velvet te has quedado con ganas de más, échale un vistazo a este pastel red velvet con crema de queso , también decorado con fresas, y a la tarta red velvet con merengue y grosella , que te sorprenderá con su fantástico acabado “nude”, y al pastel red velvet con gominolas , una estupenda opción para los más pequeños y, por supuesto, a los pastelitos red velvet de nata y fresones , imprescindibles cuando quieras servir esta tarta en formato mini. Ponle tu toque personal a esta tarta red velvet con fresa –Sustituye los pistachos por granillo de almendra o unas virutas de chocolate con sabor fresa y colócalos tal y como te indicamos en la receta. Decora el centro de la tarta con alguna hierba aromática fresca: menta, hierbabuena, albahaca, romero... Lávalas y sécalas muy bien con papel absorbente para que no se humedezca la cobertura. –Puedes utilizar distintas frutas rojas en lugar de los fresones, como grosellas, moras, arándanos o frambuesas. Y cambia los bombones por unas bolas de chocolate negro rellenas de cereales o unas minitrufas de leche condensada rebozadas con fideos de azúcar de colores. –El coco le sienta divinamente a esta tarta red velvet con fresa. ¿Te gusta su sabor? Pues añade a la buttercream del relleno 1 cucharada de esencia de esta fruta y, justo antes de servir la tarta, espolvorea toda la superficie con láminas de coco desecadas. El resultado no puede ser más delicioso. –También puedes cubrir la tarta con un brillante glaseado de chocolate blanco. Ralla 200 g de chocolate blanco fondant, disponlo en un cuenco y vierte encima 100 ml de nata para montar hirviendo; remueve hasta que se funda y deja templar. Rellena con la buttercream rosa solo tres de los bizcochos de la tarta red velvet con fresa, de modo que las capas sean más gruesas, coloca el cuarto encima y baña la superficie con la gasa de chocolate.