Con mermelada, base de galleta con mantequilla y el imprescindible queso crema del relleno, la New York cheesecake , o también conocida como tarta de queso americana , es una de las tartas de queso más populares de todo el mundo. La mecanización de las lecherías del norte de Nueva York en el siglo XIX dio lugar a la comercialización de un nuevo producto que revolucionaría la elaboración de este tipo de tartas: el queso crema , que pronto respondería a la denominación Philadelphia . A su vez, llegó al mercado otro nuevo invento: las galletas crackers , que agilizaría la base. Ambos productos juntos permitieron tartas más rápidas de hacer, que no requerían de queso fresco, cuajadas u horno y cuya congelación era mucho menos agresiva. Cuatro décadas después, se inició una sana competencia entre pastelerías y cafeterías de la Gran Manzana, las cuales fueron las causantes de la rápida popularización de un estilo que aún hoy predomina en la ciudad de los rascacielos, donde todas las cafeterías y restaurantes presumen de tener la mejor versión de la New York cheesecake en sus cartas. Si tienes interés en la evolución de la tarta de queso , lee nuestro artículo: 6 tipos de tarta de queso y un pequeño bocado a su historia. Si después de probar nuestra receta, te apetece probar otras fórmulas hemos recopilado 12 versiones esenciales de la tarta de queso . Trucos para sacar más partido a New York cheesecake El secreto de la cobertura. Para decorar la tarta, calienta un poco la mermelada en un cazo, extiéndela con ayuda de una espátula o el dorso de una cuchara, y corónala con los frutos rojos lavados y secados con papel absorbente. Más opciones. También la puedes realizar la cobertura de la New York cheesecake con otras frutas y mermeladas: ciruelas, melocotón, fresas… Congelar frutos rojos. Si te sobran frutos rojos, puedes congelarlos. Lávalos, sécalos con cuidado ayudándote de un paño o un papel de cocina. Congélalos en una bandeja, bien extendidos y separados entre ellos para que no se queden pegados. Y, una vez congelados, los puedes guardar en el congelador dentro de una bolsa o un túper.