Los pasteles de verduras siempre son una forma de atraer a nuestros comensales hacia este tipo de alimentos que no gusta igual a todo el mundo. Procura que las verduras que utilices tengan colores diferentes que hagan que el plato resulte más atractivo (no uses todas verdes o todas naranjas) y entre por los ojos. Incluso si la reticencia de alguno de tus invitados o familiares a comer verdura es máxima, puedes recurrir a añadir una buena capa de queso rallado por encima que haga que les recuerde a la lasaña y a una buena salsa de tomate entre capa y capa. A otra receta que recuerda mucho esta elaboración es al clásico ratatouille francés que tan famoso se hizo gracias a la película de Disney de hace unos años. Básicamente es la misma idea, capas de verduras cortadas muy finas y dispuestas de forma alterna asadas en el horno y aromatizadas con especias. En el ratatouille las lonchas de verduras y hortalizas se suelen colocar en vertical mientras que aquí las apilamos unas sobre otras, en horizontal. Y esta receta suele prepararse también con calabacín pero lleva berenjena y tomate en lugar de patata y calabaza. Consejos ¿Qué hago si no tengo mandolina? Afila bien tu mejor cuchillo y saca la tabla de cortar. Corta una tira longitudinal en cada patata y hortaliza de forma que todas tengan una superficie plana sobre la que poder apoyarlas . De esta manera quedarán mucho más estables y tus cortes serán más precisos. Lo bueno de este pastel de verduras es que puedes adaptarlo a aquellos ingredientes que estén de temporada o que tengas en la nevera. Tomate, berenjena, incluso zanahorias. Cortadas muy finas y colocadas de forma alterna con el resto de ingredientes, el resultado será espectacular en cualquier caso. Ojo con la patata porque tarda algo más en hacerse que el calabacín o la calabaza. Procura que las tiras sean bien finitas para que las verduras no queden cocinadas de forma desigual.