Esta es la típica receta que parece de principiante pero que sale de primera. Es fácil, económica y queda riquísima. Además, se prepara con ingredientes que sueles tener por la nevera: berenjenas, tomate, jamón serrano a taquitos, queso mozzarella y queso rallado. ¡Hasta el nombre es bonito! ¿A quién no le apetece comer un milhojas de mozzarella, tomate y berenjena? Seguro que también te gusta esta otra receta de milhojas con hortalizas y pesto de almendras. En las recetas con berenjenas es fundamental, que las dejes en rodajas, una media hora con sal fina en un colador para que se elimine el posible amargor. Luego hay que retirar bien el exceso de sal. Mira cuántas recetas deliciosas puedes hacer con las berenjenas . Para que el resultado del milhojas sea óptimo, hay que cortar tanto las berenjenas, como la mozzarella y los tomates de un grosor similar. Puedes ayudarte con unos aros de repostería. Los tomates deben ser de calidad y de carne firme, por ejemplo raf o de Barbastro. El toque final de horno es gratinado con queso rallado, orégano, ajo, perejil y aceite. Aunque la receta se hornea, previamente hemos salteado las verduras en la sartén. Las verduras salteadas son la base de exquisitas y sencillas recetas. Sigue paso a paso nuestra receta y ya verás, cuando la pruebes, cómo se convierte este sencillo milhojas en una de las recetas favoritas de toda la familia. Consejos para un milhojas de berenjena, tomate y mozzarella perfecto: La mozzarella que hemos utilizado en esta receta es light, para aligerar un poco el aporte calórico, pero si quieres utilizar la auténtica mozzarella es la de leche de búfala, originaria de Italia. Lo más común es que la que nos ofrecen en los supermercados sea de leche de vaca. También hay una especialidad con leche de oveja. Elige berenjenas de un tamaño similar, firmes y lisas por fuera. Algunas tienen un cierto amargor, por lo que es mejor asegurarse de eliminarlo dejándolas a rodajas con sal fina sobre un colador, y si tienes tiempo, mejor 30 minutos que 10. Luego se elimina con agua fría. Otro método que funciona es dejarlas cubiertas con agua, leche y sal, también una media hora y después, enjuagarlas. Los mejores tomates para esta receta son los carnosos y maduros, que no tengan mucho hueco en la pulpa, para poderlos cortar finos en rodajas, igual que el resto de ingredientes. El jamón serrano que se intercala se corta o se compra en taquitos. Pero si quieres que el plato te quede aún mejor aún, añade virutas de jamón ibérico. El aceite aromatizado le da el toque especial de sabor: se prepara picando ajo, perejil, orégano, sal, pimienta y aceite de oliva, preferiblemente, extra virgen. También puedes incorporar otras hierbas aromáticas e ir probando sabores. Puedes montar un solo milhojas, como en la foto, con varias rodajas acaballadas de cada ingrediente con la ayuda de un aro de repostería o hacer varias con una única rodaja de berenjena, tomate y mozzarella. El acabado final al horno es con queso rallado, que puede ser emmental o parmesano, si prefieres sabor más intenso.