Más fácil que alimentar a un tamagochi, menos difícil que tener a tus plantas contentas. La masa madre dará vida a tus panes, porque al fin y al cabo, contiene vida o mejor dicho, vidas, dado que es una colonia de microorganismos, de seres vivos que necesitan ser nutridos cada día. Un pan con masa madre es más sabroso y se conserva mejor. Ni tus hogazas y ni tu cocina volverán a ser las mismas.
¿Qué necesitas para hacer masa madre?
Harina, preferiblemente integral. Las harinas integrales preservan el salvado que el resto de harinas han perdido con la molienda. Es en esa cáscara donde se hallan las levaduras naturales que se precisan.
Agua. Puedes usar agua del grifo, pero déjala reposar para que el cloro no interceda. O bien emplea agua mineral.
Un rincón a temperatura ambiente. Moderado, ni muy caluroso (no lo pongas junto la nevera ni al lado de la ventana) ni muy frío (el congelador no es la mejor opción). Es imprescindible para que los microorganismos logren desarrollarse con tranquilidad.
Un tarro limpio
Un paño limpio
¿Cómo hacer masa madre casera?
Día 1
Mezcla harina integral de trigo y agua a partes iguales en volumen (1 tacita de harina y 1 tacita de agua, por ejemplo) y vierte esta preparación en un tarro más alto que ancho.
Tapa con un paño de cocina y deja reposar 24 horas a temperatura ambiente, entre 20º y 22º.
Día 2
Añade 1 tacita de harina y otra de agua, remueve, tapa y espera otras 24 horas.
Día 3 y 4
El tercer y el cuarto día, agrega a la masa harina y agua (siempre la misma cantidad de ambos ingredientes), removiendo. Vuelve a tapar y espera 24 horas.
Si en esos días ves que se ha formado un líquido marrón en la superficie no te preocupes, es normal, solo tienes que retirarlo con una cuchara y luego añadir la cantidad correspondiente de harina y agua.
A partir del día 5
A partir del quinta día puedes incorporar parte de esa masa madre a tu pan. Sabrás que está lista porque tiene una textura cremosa, burbujas en la superficie y desprende un olor algo ácido.
Alerta: si detectas moho no la debes utilizar; tírala y empieza de nuevo.
Muy importante
Antes de incorporar masa madre a tu masa de pan (recuerda que sustituye a la levadura), revisa las proporciones del resto de los ingredientes. Si vas a usar, por ejemplo, 300 gramos de tu masa madre, ten en cuenta que esta lleva 150 gramos de harina y 150 mililitros de agua, ya que la has hecho con harina y agua a partes iguales, por lo que tendrás que restar estas cantidades de las que te indica la receta del pan. En el caso de nuestro pan casero, con 300 g de masa madre necesitarás solo 350 gramos de harina en vez de 500 gramos y 175 mililitros de agua en lugar de 325 mililitros.