Si te limitas a poner los huevos en un cazo con agua y cocerlos hasta que te acuerdas de sacarlos de allí luego no te quejes del resultado. Conseguir que tanto la yema como la clara alcancen la textura ideal es cuestión de tiempo, por lo que siempre debes utilizar un reloj y programarlo en función de si quieres los huevos pasados por agua, mollet o duros. Puedes añadir los huevos al agua fría o esperar a que hierva, pero si está fría conviene cocerlos 1-2 minutos más.
Y lo más importante: una vez pasado el tiempo de cocción indicado hay que escurrir los huevos y refrescarlos inmediatamente con agua helada. Si no lo haces seguirán cociéndose, aunque estén fuera del fuego, la yema adquirirá un tono grisáceo o verdoso y la clara empezará a oler a azufre. Comerse se pueden comer pero muy apetecibles no quedan...
A los huevos cocidos le debes gran parte del éxito de tus croquetas de jamón, del salmorejo o de esos muffins que se han convertido en el aperitivo estelar de tus fiestas familiares, pero tienes que reconocer que a veces la clara te queda más o menos compacta de lo que debería y la yema quizá demasiado seca. Cuece los huevos según nuestra receta y verás lo fácil que es:
La mejor receta para cocer huevos
Huevos cocidos
Para 4 personas
Ingredientes
- 4 huevos
- 1 cucharada de sal
Paso a paso
Calienta el agua
Vierte abundante agua en una cazuela y lleva a ebullición.
Echa la sal
Agrega al agua 1 cucharada de sal y remueve hasta que se disuelva.
Baja el fuego
Reduce la intensidad de la llama para mantener un hervor suave y constante.
Añade los huevos
Introdúcelos en la cazuela con cuidado y espera a que el agua llegue otra vez a ebullición.
Ahora, cuécelos
Deja que hiervan el tiempo necesario para que la yema y la clara tengan la consistencia deseada: de 3 a 4 minutos bastarán para unos huevos pasados por agua; 5 o 6 minutos si los prefieres mollet y entre 10-11 minutos si te gustan duros.
Escúrrelos y refréscalos
Retira los huevos con una espumadera y sumérgelos en un cuenco con agua helada o refréscalos bajo el chorro del grifo.
Pélalos y córtalos
Golpea ligeramente la cáscara de los huevos para romperla, pélalos y córtalos a tu gusto antes de servirlos.
Cómo evitar que se rompan los huevos al cocerlos
- Bien frescos. Si los huevos no están frescos, cuando el agua empiece a hervir subirán a la superficie golpeándose contra las paredes del recipiente y se romperán.
- A temperatura ambiente. Saca los huevos de la nevera 30 minutos antes de cocerlos; si están muy fríos, cuando los sumerjas en el agua hirviendo el contraste de temperaturas provocará fisuras en la cáscara.
- De uno en uno. No dejes caer los huevos en el cazo con el agua caliente. Deposítalos en el fondo suavemente, uno cada vez, ayudándote con una cuchara.
- El tamaño importa. Mejor que el cazo (o la cazuela) no sea demasiado grande para evitar que los huevos se muevan mucho y choquen unos contra otros durante la cocción. Para mayor seguridad coloca un paño en el fondo, añade luego agua suficiente para cubrir los huevos por completo e incorpora estos en último lugar.
- A salvo de escapes. Vierte en el agua un chorrito de zumo de limón o de vinagre; el ácido favorece la solidificación de las proteínas del huevo y eso evitará que la clara se salga si se abre alguna grieta en la cáscara durante la cocción.
Cómo pelar fácilmente los huevos duros
Seguro que te ha pasado más de una vez: cuando vas a pelar los huevos cocidos la cáscara está tan pegada a la clara que no hay manera de separarlas sin que los huevos se desmoronen. Pues este problema se resuelve fácilmente: añade 1 o 2 cucharadas de sal fina al agua en cuanto empiece a hervir, justo antes de echar los huevos. En cuanto estén cocidos, sumérgelos en un cuenco con agua y cubitos de hielo para detener la cocción, esto hará que la cáscara se desprenda más fácilmente. ¿Cuál es el mejor método para pelarlos? Te proponemos tres que funcionan muy bien, pruébalos todos y elige el que más te guste.
Hazlo rodar. Casca los extremos del huevo golpeándolos sobre una superficie dura y colócalo sobre la mesa de trabajo, en horizontal. Pon la mano sobre la parte más ancha, presiona un poco y hazlo rodar adelante y atrás hasta que la cáscara se rompa. Tira de ella con cuidado y sumerge el huevo en agua tibia para eliminar cualquier resto.
Agítalo en un tarro. Dispón el huevo dentro de una coctelera o en un tarro con tapa y vierte un poco de agua en su interior. Cierra el recipiente y agítalo varias veces hasta que la cáscara se afloje y empiece a separarse sola.
Tira de cuchara. Golpea con una cuchara el extremo más ancho del huevo hasta que la cáscara se agriete. Introduce entonces la cuchara entre la cáscara y la clara y gírala con suavidad hasta que la cáscara se separe.
Cómo conseguir que la yema quede centrada
Echa los huevos cuando el agua esté en ebullición, de esta forma los huevos comienzan a dar vueltas enseguida y la yema se coloca en el centro espontáneamente. O puedes ayudar a que la yema se coloque moviendo los huevos con una espátula al principio de la cocción, antes de que empiecen a girar solos.
Cómo cortar los huevos duros
En el mercado hay todo tipo de accesorios para rallar, picar o cortar los huevos duros con formas originales, pero para hacer rodajas de huevo duro solo necesitas un cuchillo afilado; engrasa la hoja con un poco de aceite para que la yema no se pegue y te saldrán perfectas.
Los huevos cocidos se rallan sin problemas con el rallador rectangular para queso, pero también puedes ponerlos troceados en un colador fino y presionar con la mano del mortero o con la punta de los dedos. Para picarlos, utiliza una malla de verduras (judías verdes, cebollas...) bien lavada y seca. Introduce dentro el huevo entero y apriétalo hasta que salga, bien picadito, a través de los agujeros de la malla. Más fácil no puede ser.
¿Cuánto tiempo se conservan los huevos cocidos?
Los huevos duros se pueden dejar entre 5 y 7 días en la nevera, peronunca más de una semana. Guárdalos en el frigorífico en cuanto se hayan enfriado o, como mucho, antes de que pasen dos horas desde que los cociste. Si tienen cáscara puedes colocarlos en un cartón para huevos dentro en un estante de la zona más fría del frigorífico (no en la puerta). Si ya los has pelado, déjalos en un cuenco con agua fría para que no se resequen, y cambia el agua a diario. O guárdalos sin agua en un recipiente con tapa forrado con papel de cocina que debes renovar todos los días.
También puedes congelar las yemas cocidas (pero no las claras, que se ponen duras y “chiclosas”) dentro de una bolsa especial para congelación. Y no te olvides de etiquetarla con la fecha porque hay que consumirlas antes de 3 meses.